Si lo que esperaba Jorge Rafael Videla era una nueva oportunidad para concretar su última arenga, aquella que le dijo hace unos meses a la Revista Cambio 16, cuando exhortaba abiertamente a tomar las armas para derrocar a la presidenta Cristina, esa oportunidad nunca llegó. Su tiempo de “revancha clasista” pasó y se esfumó con el fin de la dictadura cívico-militar que encabezó en su primera etapa.