De la Redacción
El diputado provincial del sciolismo Guido Lorenzino anunció que denunciará penalmente a los dirigentes gremiales Roberto Baradel (SUTEBA) y Mirta Petrocini (FEB), por la extensión del conflicto docente de la provincia de Buenos Aires. «El martes vamos a denunciarlos penalmente por coacción y extorsión en la Justicia Penal de la Provincia», aseguró el legislador en medios de alcance nacional quien además señaló que no le encuentran “una explicación racional a este paro» pues “toman de rehén a los bonaerenses».
Si no fuera por los antecedentes, que dan cuenta del trabajo de inteligencia y represión realizado en el último año sobre los dirigentes gremiales de distintas organizaciones sindicales, las declaraciones de Lorenzino serían solo una bravuconada.
Sin embargo los policías de civil que realizaron tareas de inteligencia sobre los delegados de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB), durante el largo conflicto del año 2012, y la violenta detención de los cinco delegados de ATE del Ministerio de Educación provincial ocurrida en mayo de este año, señalan que la amenaza de Lorenzino no es una declaración más sino la manifestación de una política.
La medida, según lo denunciaron en reiteradas oportunidades los dirigentes de los gremios afectados, es parte de “una estrategia para mitigar los conflictos salariales” que la provincia lleva adelante independientemente de la orientación política de cada gremio y el posicionamiento que cada uno de ellos tiene frente al proceso político a nivel nacional.
Si la amenaza se cumple, será una forma más de tensar la cuerda en un escenario de precario equilibrio. Por caso el Frente Gremial, que componen FEB y SUTEBA, llevará adelante un nuevo paro la próxima semana con fecha a confirmar, mientras que UDOCBA, gremio nucleado en la CGT que lidera el camionero Hugo Moyano, resolvió llevar a cabo una movilización el martes el 4 de junio, seguido de un paro de 72 horas para los días 5,6 y 7 del mismo mes.
Nada hace preveer que el conflicto ceda. Al parecer la instancia de diálogo, si bien no está agotada, llegó a un camino sin salida. Ante la desesperación y la falta de estrategias para destrabar el reclamo, Scioli parecería avanzar en prácticas que el gobierno nacional desecho de plano apenas Néstor Kirchner asumió la presidencia en el año 2003.