La crisis desatada ayer con la caída estrepitosa de la bolsa, si bien en alguna medida nos puede afectar, es necesario entender que al igual que en 2009, mal que les pese a los medios hegemónicos y profetas de la catástrofe, cuenta con un cierto blindaje propio de haber establecido políticas contracíclicas desde ya hace varios años, y habiéndose desprendido del endeudamiento externo.