Argentina ante el derrumbe de los mercados

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La crisis desatada ayer con la caída estrepitosa de la bolsa, si bien en alguna medida nos puede afectar, es necesario entender que al igual que en 2009, mal que les pese a los medios hegemónicos y profetas de la catástrofe, cuenta con un cierto blindaje propio de haber establecido políticas contracíclicas desde ya hace varios años, y habiéndose desprendido del endeudamiento externo.

El domingo el diario Perfil, titulaba “El mundo se prepara para lo peor y la Argentina no tiene un plan anticrisis”. En el artículo firmado por Rodolfo Barros, mientras afirmaba que Brasil tomaría el lunes (por ayer) medidas para blindarse, y que el ministro de Hacienda, Guido Mantega, iría a reunir a su equipo para discutir las acciones a seguir, que se sumarían a las que ya se habían adoptado para salvaguardar la competitividad de la industria de ese país, amenazada por la revaluación del real, Barros sostenía que “En Brasil se ven algunos indicadores de que los ecos de la crisis llegan. Una planta de General Motors en San Pablo suspendió a 300 trabajadores. Petrobras duda ahora que su plan de financiamiento para consolidarse como jugador global pueda concretarse en los mercados internacionales”, mientras que con respecto a nuestro país el columnista de Perfil decía que “la reacción del Ministro de Economía argentino, Amado Boudou, no fue contundente como la de sus colegas” ya que  para blindarse frente a la crisis financiera global, Boudou solamente sostuvo que “América latina debe tener una integración más fuerte y articularse en cuestiones financieras”.
Sin embargo en una entrevista publicada hoy en Página/12, el titular del Palacio de Hacienda subrayó que «Europa y Estados Unidos están saliendo a tomar medidas a tontas y a locas, con una gran histeria, porque están sorprendidos con un esquema para el cual no estaban preparados». Señaló además que la que aplican los países centrales «es la lógica Cavallo», y precisó que «hay un problema de pagos, se cortan programas sociales, se congelan sueldos, se enfría la economía, todo buscando dar señales a los mercados para que aporten más capital». «Así terminamos en 2001. Una economía no puede funcionar sin trabajadores, sin un sistema que sostenga la demanda agregada, sin inversión. Están errando la lógica de cómo puede funcionar una economía», alertó Boudou.

La crisis desatada ayer con la caída estrepitosa de la bolsa, si bien en alguna medida nos puede afectar, es necesario entender que al igual que en 2009, mal que les pese a los medios hegemónicos y profetas de la catástrofe, cuenta con un cierto blindaje propio de haber establecido políticas contracíclicas desde ya hace varios años, y habiéndose desprendido del endeudamiento externo.

Hoy Alejandro Vanoli, titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV) consultado por el matutino BAE, resaltó que con el impacto global por la caída de todos los mercados del mundo “en nuestro caso el impacto es sólo financiero” aludiendo al conjunto de la economía nacional, aseverando que “la Argentina, en particular, no tiene las características estructurales de los países que sufren, porque la Argentina está creciendo y tiene una dinámica de ciclo económico relacionado con su mercado interno”.

También el Viceministro de Economía Roberto Feletti expresó hoy en su blog que: “En el caso de la Argentina, durante los últimos años se trabajó intensamente en la diversificación de productos y destinos de nuestro comercio exterior, lo que ha permitido un crecimiento sostenido del frente externo, más estable y resistente a shocks provenientes del exterior.
Ante esta situación de fragilidad internacional, la UNASUR se ha puesto a trabajar a través de sus Ministros de Economía y Finanzas, en base a los avances logrados por el Grupo de Trabajo de Integración Financiera, en la configuración de una arquitectura regional que permita resguardarnos de una posible desestabilización del mundo desarrollado.”

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