Recuerdo de mis 2 años (setiembre de 1955). Antes del golpe.

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Osvaldo Drozd

La casa de mis abuelos polacos José y Josefa, tenía en uno de los costados del fondo, un poco más adelante del gallinero, y separado por una zanjita donde alguna vez habitó una tortuga, un rectángulo de césped cubierto por una parra de uvas y una enredadera de esponjas. En ese lugar, yo me encontraba en el momento del recuerdo infantil más lejano respecto del presente. No tenía aún dos años, y estaba jugando en el pastito con algún juguete que no recuerdo, tal vez el Hico que era así como le llamaba a un caballito de juguete, cuando me asustó bastante el estruendo de algunas explosiones. En ese momento vi que mi abuela abrió la puerta de la cocina que daba al patio techado lindante al césped, y corrí hacia ella que me abrazó fuertemente calmando la angustia que me había brotado. Esta imagen del pasado, quedó siempre en mis pensamientos, y es por eso que no pocas veces reflexioné sobre ella, intentando encontrar quizás alguna marca que perdure en el tiempo. En ese momento, yo vivía en la casa de mis abuelos junto a mis padres y a mi tío-padrino.

Tiempo después traté de indagar acerca de ello para encontrar algunos datos que obviamente en ese instante, era imposible registrar más allá que alguna idea haya tenido, ya que escuchaba los diálogos de los más grandes. Pude averiguar que esos estruendos respondían a un bombardeo al barrio Campamento de Ensenada, del otro lado del dock central del puerto. Era una manifestación más del golpe militar del 55 contra el General Perón. Paradójicamente a ese golpe lo denominaron Revolución Libertadora. Esto fue a mediados de septiembre y es por eso que pude saber que faltaban unos días para que el día 22 cumpla dos años.

Pude saber también que los milicos gorilas pretendían bombardear la petrolera, cosa que hubiese destruido gran parte de las ciudades de Berisso, la Plata y Ensenda. El relato que tengo de aquello es, que la mayoría de la población local huyó de sus casas alejándose hacia zonas más seguras, principalmente hacia Los Talas. Nunca alcancé a entender muy bien porqué mi familia no lo hizo. Una posibilidad es que no se hayan enterado y la otra que creo haber escuchado es que como eran leales a Perón, iban a aguantar lo que sea. El hecho es que por la mañana mi tío Mariano, que es el que supuestamente habría expresado esto de la lealtad, cuando fue a abrir la carnicería en la que trabajaba, recién a media mañana comenzó a ver gente que regresaba a sus casas, ya que el alerta había sido falsa alarma. Hoy supongo que la actitud de mi familia respondió principalmente a la falta de información, pero ya que nos habíamos quedado, quedaba bien decir lo otro. Menos mal que fue una falsa alarma, sino este relato no hubiera sido posible.

Este recuerdo infantil creo que me marcó de por vida. En un sentido estoy seguro que constituyó en mi una matriz política identificada a las luchas obreras y populares propias a la resistencia del pueblo peronista que vinieron después de este golpe de estado, y de las cuales estoy convencido que no tuvieron más dirección que la de aquellos que la llevaban adelante, ya que si Perón hubiese convocado y armado a los trabajadores para defender a su gobierno, sin dudas que lo hubieran hecho. Y por otro lado este recuerdo, creo que me marcó en cuanto a una actitud de no realizar estériles enfrentamientos, sino es cuando se tiene la fuerza suficiente como para vencer.

 

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