La AEA, y el lobby de las corporaciones por la “Patria Privada”.

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Osvaldo Drozd

Por definición un lobby es un grupo corporativo que intenta influir en las decisiones del poder ejecutivo o legislativo en favor de determinados intereses. Estos, no suelen participar directa y activamente en política (por lo que no suelen formar su propio partido), pero sí procuran ganarse la complicidad de algún grupo político que pueda terminar aceptando o defendiendo los objetivos del lobby. De esta definición surge la idea de que detrás de un poder institucional existe otro al que se le puede llamar con justa razón «poder real».
La AEA (Asociación Empresaria Argentina) es la cámara corporativa más poderosa de nuestro país, y que en el último tiempo viene jugando muy fuerte en su rol de oposición al gobierno, constituyéndose de esta forma en un lobby sumamente activo, que intenta permanentemente nuclear a sus vasallos políticos. El rol de la oposición, como el de muchos jueces, no puede entenderse sin este argumento esbozado.
Si bien la cámara empresarial reconoció públicamente el sostenido crecimiento económico de la Argentina en los últimos años, su posición en la formación social conlleva tensiones muy agudas con las políticas del gobierno, que más que hablar de la rentabilidad de las empresas a la cuales representa, pareciera que lo que más les preocupa, es que con el correr del tiempo vayan perdiendo paulatinamente su rol dominante, y también la supremacía de sus principales modus operandi.
Esta organización surgió en el año 2002, en un tiempo donde en nuestro país se había desbarrancado el neoliberalismo a partir de la crisis de diciembre del año anterior, y donde los principales actores que se agruparían en ella, por los principios expuestos en sus documentos, intentarían mantener el ritmo propio de los noventa, ante el eclipse del estado en materia económica, y fundamentalmente en cuanto a la desregulación laboral.
El actual directorio está presidido por Jaime Campos, que no proviene de ninguna empresa del conglomerado, sino que desde el inicio de éste, se desempeñó directamente en la cámara, sucediendo en su cargo a Luis Pagani titular de Arcor, que fue presidente de la entidad hasta fines del 2009, pasando hoy a la vicepresidencia, la cual comparte junto a Paolo Rocca de Techint, Héctor Magnetto de Clarín, Sebastián Bagó de los Laboratorios, Carlos Miguens, Aldo Roggio, Amalia Lacroze de Fortabat, José Cartellone y Alfredo Coto de sus respectivos grupos empresariales, junto a Cristiano Ratazzi de Fiat Argentina, Enrique Pescarmona de IMPSA y Antonio Gomis Saez de YPF. La secretaría está asignada a la Aceitera General Deheza, mientras que la tesorería a Grimoldi, mientras que otros socios son las empresas Grobo, La Nación, Sidus, Santander Río, Nidera, IRSA entre unas cuantas más.
Entre algunos de sus principios la AEA sostiene que va por:
-Un sistema económico basado en la libertad de mercados y en la empresa privada como motor de crecimiento, en el pleno respeto del derecho de propiedad y la seguridad jurídica, en el marco de un sistema político basado en elecciones democráticas y participación ciudadana.
-Un país integrado y abierto al mundo, tanto en su comercio de bienes y servicios como en el campo de los capitales para financiar inversión y consumo, con criterio de reciprocidad internacional.
-Libertad de contratación y de fijación de precios. Iguales condiciones para competir a nivel interno y externo respetando el criterio de reciprocidad entre países.
-Diálogo e interacción entre los sectores público y privado, de modo que ambos actúen como socios de una empresa común, evitando trabas y burocracia.
AEA añade que expresa la visión del sector privado en su conjunto, integrando las perspectivas de los diversos sectores representados por sus miembros. Y vale subrayar que en sus estatutos plantea: “promover el desarrollo económico y social de la Argentina desde la perspectiva empresaria privada, con especial énfasis en el fortalecimiento de las instituciones necesarias para tal fin.”
Es muy importante subrayar esto último, que dice nada menos, que su proyecto encarna a un país construido desde la perspectiva del empresariado privado, a la cual las instituciones les deben ser funcionales, y esto sumado a la libertad de empresa que proponen, excluye explícitamente cualquier perspectiva desde el punto de vista tanto de los trabajadores, como del estado, y teniendo en cuenta el rol desigual de los pequeños y medianos empresarios, estos también quedan excluidos, de dichas proyecciones de país.
Es así que AEA comenzó a jugar fuerte luego del conflicto con las patronales agropecuarias y también en defensa del Grupo Clarín, que es parte principal de la cámara. AEA se opuso a la nueva ley de Medios Audiovisuales, como a la estatización de las AFJP, al igual que a las políticas del gobierno con respecto al Banco Central. No es casual entonces que ellos salgan a agitar la supuesta inseguridad jurídica para el empresariado, a cuestionar la inflación, y sumarse al coro de todos aquellos que cuestionan una supuesta inexistencia de libertad de expresión. En 2010 también la mayoría de las declaraciones de AEA fueron cuestionamientos al Ejecutivo por casos particulares -la caída de la licencia de Fibertel y la política hacia Siderar-, pero también en temas en principio ajenos al mundo empresario como un supuesto «hostigamiento a periodistas» o una presunta «hostilidad» del oficialismo hacia «el Poder Judicial».
En lo que va de 2011, la entidad emitió tres declaraciones: dos para cuestionar «bloqueos a empresas» y una destinada a criticar la decisión de ampliar la participación estatal en los directorios de las grandes compañías.
Hoy ante la decisión del estado de incorporar directores a las empresa donde la ANSES posee acciones, nuevamente emerge el foco de conflicto, y donde ellos aseguran que la empresa privada no debe tener presencia estatal, casi como recordando aquellos sermones de Bernardo Neustadt a Doña Rosa, cargando contra la ineficiencia del Estado, y haciendo loas de la marea privatista.
Ante esta situación, si bien es el estado mismo el que lleva adelante la pulseada, es muy importante la participación de los trabajadores en todo esto, para proponer por ejemplo la aplicación del Artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que habla entre otras cosas de la participación en las ganancias y el control de gestión de las empresas; como también luchar por la ampliación de los derechos sindicales que muchos de los integrantes de AEA como el Grupo Clarín vienen avasallando hace tiempo.

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