El padre Carlos Cajade se ordenó como sacerdote a comienzos de la década del ´80. Fue en la parroquía San Francisco de Asís de Berisso, ciudad de la provincia de Buenos Aires que se encuentra recostada sobre las orillas del Río de La Plata. Allí, en la Noche Buena del año 1983, cuando oficiaba su última misa y se aprestaba a irse para pasar la navidad en familia, se encontró con Beto, Sandro y Margarita, tres pequeños hermanos que vivían a tres cuadras de la parroquia y que se encontraban viviendo con su madre y otros hermanos en situación de indigencia.