Si no se empieza por allí, difícilmente la tarea de acumulación política permita al conjunto de la población comprender que, lo que está en juego a nivel mundial, es una fuerte puja por superar el paradigma económico iniciado en el mundo en la década del ’70. Si ello no es posible, el escenario político quedará al arbitrio de las fuerzas del mercado que, en ese contexto, intentarán ensayar cualquier tipo de experiencia electoral.