Por Antonio Nicolau
En la ética aristotélica la “sophía” (el saber por el saber mismo, deleite intelectual) se diferencia de la ‘phronesis’. Esta última, una especie de virtud sapiencial de orden práctico, prudencial, una condición cualitativa del pensar sobre el por qué y el cómo intervenir para trasformar la realidad. La orientación: hacia un “mejor vivir”, como advierte Álvaro García Linera en sus reflexiones.