Desde hace algún tiempo diversos editorialistas de los medios hegemónicos, pasaron de intentar apuntalar a los candidatos opositores a ser sumamente críticos para con ellos. La razón es obvia, ninguno de ellos pudo contrarrestar la marea de votos a la presidenta Cristina Fernández, y ni siquiera poder alcanzar un resultado digno en las primarias, ubicándose a 38 puntos porcentuales de diferencia. Tal vez uno de los casos más emblemáticos sea el del columnista Carlos Pagni, del matutino La Nación, quien en su editorial del 18 de agosto, que llevaba como título “La renuncia de la oposición a cambiar la historia” afirmaba que: “El mayor pecado de la oposición radica en la suposición de que se puede llegar al poder por el mero aprovechamiento de una escena organizada por otro. Por las calamidades del Gobierno, por la llegada de un redentor, por la fractura del PJ o por la influencia de la prensa. Detrás de esa fantasía hay una renuncia grave. Es la renuncia a construir la escena, la renuncia a intervenir en el curso de la historia”. Ayer nuevamente Pagni escribía en otro editorial con el nombre de “Más errores que fraude” que: “La estrategia de sustituir con denuncias de fraude la explicación de la derrota en las primarias es otro síntoma de la crisis política que atraviesan las fuerzas de la oposición. El fracaso reclama, por su dimensión, una reacción más inteligente que la de deslegitimar al que obtuvo la mayoría y superó al segundo por 38 puntos” en alusión directa a las denuncias del precandidato de la UDESO Ricardo Alfonsín.
El pase de facturas no es solamente de parte de los medios hacia la oposición sino que también ayer se le escuchó decir al hijo del ex presidente radical, que los medios le bajaron el pulgar a alguien como él, ya que los medios “independientes” si bien no jugaron a favor del oficialismo, prefirieron una alternativa de centroderecha como la de Duhalde, mientras que el kirchnerismo cuenta con una gran batería mediática. Una pretensión un poco desmesurada la de Alfonsín, que pinta bastante bien el cuadro de situación, ya que el precandidato estaba pidiendo que los medios hegemónicos jueguen para él, cosa que sin dudas expresa que se siente como el mejor candidato del Establishment.
Por otro lado el retornado tanto al país como a la gestión Mauricio Macri, se mostró mucho más funcional a los medios, aseverando que el triunfo de Cristina responde tanto a logros propios como a desaciertos de la oposición. El jefe de gobierno porteño intenta mostrase como la única alternativa opositora para 2015, después de haberse bajado de las presidenciales de este año.