Naturaleza e Historia en Marx y Freud

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Osvaldo Drozd

Sigmund Freud en el apartado denominado Una concepción del mundo (Die Weltanschauung) que se encuentra en las Nuevas lecciones de introducción al psicoanálisis de 1931, reconocía de la teoría de Karl Marx, el planteo sobre la determinación económica de la sociedad, haciendo la salvedad de que para él, no se trataba de la única determinación, ya que hay a su vez otros aspectos que inciden sobre los sujetos sociales de forma igualmente efectiva, la cultura por ejemplo. Obviamente que este cuestionamiento es sólo aplicable a un marxismo vulgar y mecanicista. Freud en el mismo texto reconocía su insuficiencia en la lectura del materialismo histórico.

En relación al proceso económico social Freud expresaba no compartir o tal vez no entender aquello de que la historia sea un proceso dialéctico o histórico- natural (naturgeschichtlich), aludiendo que eso de la dialéctica era un resabio de la oscura filosofía hegeliana por la cual el mismo Marx había pasado.
El problema de Freud en este sentido era confundir a la dialéctica idealista con el método dialéctico del materialismo histórico. “La historia no es un proceso de evolución dialéctica de conceptos”, en esto Freud tenía razón, pero se equivocaba al considerar que Marx concebía lo mismo que Hegel en cuanto a la dialéctica. En el Prólogo a la 2da. Edición de El Capital, Marx lo decía con todas las letras, su dialéctica era Hegel patas para arriba, la contradicción es la interrelación de los nexos que al interior del objeto producen su movimiento. A su vez, en La Ideología Alemana, manifestaba que la historia no ocurre en un plano ideal, siendo su fin la autoconciencia, el espíritu del espíritu, sino, que ocurre en el plano puramente material. La dialéctica marxista es la contradicción en el seno de la materia, la unidad de los contrarios., mientras que la dialéctica en Hegel es la negación de la negación, a saber la síntesis entre dos pares antitéticos, donde lo primeramente negado se conserva de forma subvertida.

En relación a lo histórico- natural, Freud expreaba que en el proceso histórico no hay nada que se parezca a una ley natural. Esto es verdad, pero habría que entender que lo enunciado por Marx en cuanto a concebir al desarrollo de las formaciones económico- sociales como un proceso histórico natural, se debía principalmente a una forma que alude dos aspectos diferenciados y a la vez simultáneos. En primer lugar  la búsqueda de una ley económica principal, propia a una formación social dada, que posea la rigurosidad de las leyes de las ciencias naturales. Por otro lugar a que la historia es el proceso por cual el hombre a partir del trabajo transforma a la naturaleza en cultura, los objetos naturales en productos. Afirmaba Marx en La Ideología Alemana: “La naturaleza en el sentido del hombre primitivo, no existe hoy en ningún sitio, excepto en alguna isla coralina de formación reciente”. En definitiva, las leyes de la historia no responden a leyes biológicas (al menos en primera instancia). De hecho la irrupción de la biología como parte del discurso de la ciencia es el resultado de la necesidad histórica de transformar la naturaleza. El sujeto humano como resultado de necesidades en última instancia biológicas no encuentra más que en la estructura social y en la actividad productiva, la resolución a aquellas necesidades que ya no obedecen estrictamente a una ley natural. Esta significación marxista de lo natural como algo más bien perdido (transformado) por la producción de bienes materiales (obviamente determinados en última instancia por la naturaleza) se aproxima sin más a la concepción con la que Freud elaboró su teoría de las pulsiones (das triebes), en tanto distintas del instinto animal.

 

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