Gana Perú, Gana Latinoamérica

Anoche en la plaza 2 de mayo del centro de Lima se agitaban miles y miles de banderas blancas y rojas del partido «Gana Perú», la alegría no es para menos, a pesar de la feroz campaña de miedo que se instaló en los medios de Perú, el candidato Ollanta Humala logró imponerse por sobre su rival, Keiko Fujimori.

El micrófono de TELESUR registraba la felicidad de la gente «-Ollanta nos representa, porque representa a los pobres”,»-los peruanos no somos ignorantes como nos quieren hacer creer»… «-¡ Ollanta nos va a dar más trabajo y justicia!»

Mirando estas imágenes de felicidad y esperanza no podía dejar de asociarlo a los festejos del bicentenario en nuestra patria y me sentí hermanada con esos rostros esperanzados que sólo quieren igualdad de oportunidades, justicia, menos niños en las calles, mayores derechos sociales y un presidente que los represente de verdad, que no venda su poder a los intereses económicos y que construya la nación con el bienestar y el amor de su gente.

A pesar de que los EEUU desplegaron todo su potencial mediático y económico para intentar lograr el triunfo de la hija del Ex presidente- dictador Alberto Fujimori, esto no alcanzó para frenar la potencia arrolladora de una propuesta que propone una gran transformación. La elección transcurrió con toda tranquilidad, pese a los pesimistas pronósticos de los medios hegemónicos, y el pueblo peruano consagró al candidato del partido nacionalista de izquierda Ollanta Humala como su presidente.

La economía peruana es una de las que mayor crecimiento presenta en la región, sin embargo esto no se ha visto reflejado en el bienestar común, ya que la sociedad peruana presenta altos índices de pobreza y desigualdad, en razón de que esta riqueza sólo ha beneficiado a los grupos económicos concentrados. Es de esperarse que ante esta desigualdad el presidente Humala encare proyectos de mayor distribución que, tal como lo ha anunciado en su campaña, podrían incluir la aplicación de «retenciones» a las exportaciones mineras, entre otras medidas.

Es evidente que la consagración de Ollanta Humala como presidente del Perú es una gran noticia para los peruanos pero lo es también para toda Latinoamérica porque logra romper con la liga reaccionaria del pacífico, permanentemente fogoneada por Washington como una forma de neutralizar el poder de la UNASUR y del ALBA.

También es verdad que Humala deberá deshacer de alguna manera, el acuerdo de libre comercio con los EEUU firmado por su antecesor, y que, habiendo sido el constante caballito de batalla de la oposición su relación con Chávez, (por lo que varias veces tuvo que «despegarse» de su vocación bolivariana) habrá que ver cuál será el momento oportuno para mostrarse más «latinoamericano», ya que tampoco se trata de salir a dar batallas sin estar preparado, sobre todo teniendo en cuenta la experiencia reciente de Ecuador.

América latina se encuentra en un momento histórico, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Brasil, El Salvador, Uruguay, Venezuela, Argentina, y ahora Perú ostentan gobiernos populares enfrentados con las oligarquías locales y con el aparato propagandístico propiciado por Washington. Hace 200 años San Martín y Bolívar liberaron al Perú, el desafío ahora será el de lograr su sueño, de una Latinoamérica unida.

La identidad latinoamericana, tanto tiempo dormida, por años de dominación y vasallaje, está erupcionando en varios puntos de nuestro continente, en su temblor se escuchan las voces de los pueblos originarios masacrados y descuartizados, de los gauchos y mulatos muertos en guerras de hermanos, de los miles de hombres ejecutados o desaparecidos por luchar por esta unidad que está tan cerca de cumplirse. Es nuestro desafío ahora dignificarla, fortalecerla y defenderla y una vez consumada, dejársela como herencia a nuestros hijos para que vivan en una Patria Grande más justa, libre y soberana.