Completan las relaciones de parentesco de los antecesores de los cocodrilos: Los prestosúquidos, que vivieron hace 240 millones de años

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Ejemplar de Prestosuchus en el Museo de Múnich.

Investigadoras del CONICET lideraron el estudio de varios ejemplares de prestosúquidos, los carnívoros que predominaban en la Tierra hace 240 millones de años


Julia Desojo, Belén Von Baczko y Oliver Rauhut, los autores del trabajo

“Suele creerse que la paleontología o sus novedades se centran únicamente en el descubrimiento de fósiles, pero en realidad una parte central es la revisión de colecciones antiguas, de materiales encontrados en otro momento, es decir volver a estudiarlos con nuevas técnicas y conocimientos para ordenarlos y muchas veces incluso reclasificarlos”, explica Julia Brenda Desojo, investigadora del CONICET en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP). Precisamente una exploración de este tipo fue lo que le permitió junto a colegas completar algunos vacíos importantes en el árbol genealógico de los prestosúquidos, una familia extinta de reptiles carnívoros de gran tamaño que vivieron en América del Sur hace aproximadamente 240 millones de años.

La colección que protagoniza esta historia fue confeccionada por el naturalista alemán Friederich von Huene, quien vivió entre 1875 y 1969 y se dedicó a describir y nombrar decenas de especies de dinosaurios así como también de animales que existieron incluso antes, muchos de ellos recolectados en lo que hoy son Argentina y Brasil. Los fósiles revisados ahora aparecieron en un yacimiento de Santa María, en el estado brasilero de Río Grande del Sur, y actualmente están guardados en el Museo Paleontológico de Múnich, Alemania, donde muchas piezas se perdieron por los bombardeos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial. El estudio de estos materiales fue posible gracias a una colaboración internacional entre varios países y las novedades alcanzadas se publicaron recientemente en la revista Paleontología Electrónica.

El re-análisis de la anatomía correspondiente a al menos seis ejemplares comenzó en 2007. “La mayoría de las piezas pertenece a Prestosuchus, el género más representativo dentro de los prestosúquidos, y muchas eran atribuidas a la especie Prestosuchus chiniquensis, pero la verdad es que había clasificaciones dudosas y materiales guardados sin nombre”, describe Desojo, quien trabajó acompañada de Belén von Baczko, investigadora del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN, CONICET), y de Oliver Rauhut, curador y profesor de la Universidad “Ludwing-Maximilians” de Múnich. La relevancia de estos animales es indudable: fueron los carnívoros más grandes y dominantes de los ecosistemas continentales durante el Triásico Medio, hace unos 240 millones de años, antes de la aparición de los dinosaurios. Con un tamaño de entre tres y ocho metros de longitud, tenían una apariencia similar a los cocodrilos modernos –con los que de hecho guardan relaciones de parentesco– aunque podían mantener una postura erecta.

Los materiales estudiados sirvieron, a su vez, para revisar y catalogar ejemplares de la misma familia hallados en diversas partes del mundo, como Polonia, Inglaterra, Suiza, India, Estados Unidos, Argentina, Tanzania, India y China. Esta distribución responde a que, en el momento del que datan los restos, los continentes aún estaban unidos formando el supercontinente Pangea, que recién comenzaba a desmembrarse en dos grandes masas: Laurasia al norte y Gondwana al sur. Estas comparaciones permitieron comprobar que no todos los fósiles atribuidos a Prestosuchus pertenecían efectivamente al género y que, por el contrario, otros que no llevaban esa etiqueta, sí.

Así, develaron que Prestosuchus tiene más integrantes de los que hasta ahora se creía, ya que por sus características quedó incluida una segunda especie también surgida en Gondwana –actual territorio de Tanzania, África– bautizada Prestosuchus nyassicus, y una tercera aparecida en Brasil que aún no ha sido nombrada. Por otro lado, observaron que P. chiniquensis está representado por unos cinco ejemplares distintos también hallados en el país vecino. “Los análisis de los lazos evolutivos nos mostraron que este género está más cercanamente emparentado con los prestosúquidos registrados en esta parte del planeta, conocidos como Luperosuchus  y Saurosuchus, registrados en formaciones triásicas de La Rioja y San Juan, respectivamente. Esta nueva evidencia nos ayudó a dilucidar que este grupo de grandes predadores habría tenido origen en el hemisferio sur”, concluye Desojo.


(Publicado el 07/05/2020)

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