Por Juan Quesquén Rodríguez.
Luego de la designación de Miguel Ángel Pichetto para que acompañe como vice de Mauricio Macri, desde distintos colectivos de migrantes manifestaron su preocupación por la postura que ha tenido el senador con respecto a la migración latinoamericana. Temen que en plena campaña electoral se incrementen los discursos xenófobos y de discriminación.
Recordemos que en el 2016 Pichetto se había referido hacia la migración peruana, boliviana y paraguaya como la ‘resaca’ y responsabilizó a las mismas del delito y el narcotráfico en la Argentina; meses después, el presidente Mauricio Macri promulgó el DNU 70/2017 que modificó la Ley 25.871 (Ley de Migraciones), algo que fue duramente cuestionado por organismos de DDHH y de la sociedad civil llegando inclusive a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde Claudio Avruj sostuvo que el decreto lo que buscaba era “la regularidad migratoria, no contra los migrantes irregulares”.
En marzo del 2018 la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativo Federal declaró la inconstitucionalidad del DNU 70/2017 ya que en la Argentina no existe una “situación crítica” que amerite la adopción de “medidas urgentes” sin la intervención del congreso nacional. Sin embargo, el gobierno apeló el fallo y ahora se encuentra en manos de la Corte Suprema.
Al respecto, El Tranvía dialogó con el responsable de la Coordinadora Migrante y Consejería para Migrantes de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, Dr. en Educación Diego Bermeo, que nos contó que lo que el gobierno estaría reafirmando “es una política represiva y el retroceso en derechos cuyo símbolo en el tema migratorio es central”. “El hecho de pensar al migrante como sospechoso retrotrae a las leyes más reaccionarias que ha tenido la Argentina a lo largo de su historia”, sostuvo Bermeo y reafirmó: “El símbolo de poner a Pichetto, articulador de los últimos gobiernos peronistas dentro de este modelo neoliberal, marca la impronta que se quiere plantear: un populismo reaccionario y de derecha”.
Por su parte la investigadora del CONICET y del instituto Gino Germani, Ana Paula Penchaszadeh, sostuvo: «hay una ‘bolsonarización’ de la política argentina. La fórmula Macri-Pichetto confirma que la derecha neoliberal debe apelar al odio para agregar voluntades, pues no tiene la capacidad de generar ninguna política afirmativa de integración económica, social y cultural. Frente a la profunda crisis que atraviesa la Argentina, donde más de la mitad de lxs chicxs son pobres , la insistencia en las migraciones debería resultar, al menos, sospechosa: ¿a quién podría parecerle razonable que, en un grupo de 20 personas, una sola persona fuera la responsable de todos los problemas y males comunes? En Argentina, la población migrante representa el 4.5% de la población total y no tiene una hiper-representación en cárceles, hospitales, escuelas o universidades. Mienten y las estadísticas (¡si alguien las leyera!) son elocuentes en este sentido». Además, alertó: «Quieren convencernos a lxs votantes de que los problemas vienen de ‘afuera’, ¡qué útiles que resultan política y electoralmente lxs migrantes para canalizar todo el odio y la frustración que producen la pobreza, el desempleo, el vaciamiento de lo público, los tarifazos, la inflación!, soslayando que estos problemas son el resultado de sus políticas de des-derecho».
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