Si hay un deber ser para el avance de nuestros análisis, ora como ciudadanos, como consejeros, como políticos o como comunicadores, es el de reconstruir las generalizaciones a partir de la diversidad de datos. “Todos son corruptos”, “todos son ladrones” “los argentinos son A, la derecha B, los izquierda C, etc”. Buscamos evitar caer en enunciaciones como estas y al mismo tiempo, nos es imposible escapar a la trampa del lenguaje, que por su misma constitución, soporta el atajo de abarcar muchas cosas tras un mismo nombre.