«Esta nueva restitución contribuye a las reparaciones que reclaman las comunidades indígenas», indicó Silvia Ametrano, directora del Museo.
Los restos habrían llegado al Museo de La Plata como parte de una colección de cráneos que fue donada a Francisco P. Moreno por Estanislao Zeballos en 1889, pero los diversos estudios posteriores no han podido determinar con precisión el origen de cada uno de ellos.
En la actualidad la información contenida en el Catálogo de Robert Lehmann-Nitsche de 1910 constituye la fuente primaria para la identificación de los 6 cráneos y su asignación etaria. Otros restos humanos de la tribu, como el cráneo del cacique Cipriano Catriel, no se encuentran en este Museo.
Los restos preservados hasta ahora en el Museo de La Plata serán entregados a la Comunidad Cacique General de las Pampas Cipriano Catriel de la ciudad de Azul, proceso que forma parte de una política de atención a los reclamos de las comunidades indígenas que esta institución lleva a adelante y que constituye una reivindicación de los derechos de los pueblos originarios.
Esencialmente, estos acontecimientos son el resultado de una serie de fases administrativas y debates complejos, amparados por leyes y códigos éticos. La devolución de los restos de los integrantes de la Tribu Catriel a sus reclamantes es el séptimo evento de restitución que el Museo lleva a cabo.
Anteriormente, el Museo devolvió a las comunidades indígenas los restos de Inacayal, su mujer y Margarita Foyel, Mariano Rosas, Damiana Kryygi, Sekriot, tres individuos Selk’nam, Gerenal, Indio Brujo, Gervasio Chipitruz y Manuel Guerra.
Con esta restitución, suman 20 los individuos que retornan a sus ancestros reclamantes oficiales y registrados ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, INAI.
La gente del llano
Los Catriel pertenecían al grupo de los llamados pampas o lelfunches («gente del llano», en mapudungún o idioma mapuche), familia del tronco mapuche que históricamente habitó la llanura pampeana en la zona de Azul, más precisamente en la actual ciudad de Olavarría y las nacientes del arroyo Tapalqué.
Catriel, cuya traducción sería «cortado», «marcado» o «cara cortada», es también el nombre de una dinastía de caciques de la misma etnia que vivieron durante el siglo XIX. Sus máximos representantes fueron Juan Catriel, su hijo Juan «el joven» Catriel y sus nietos Cipriano Catriel, Juan José Catriel, Marcelino Catriel y Marcelina Catriel.
La tribu, asentada en Azul, disponía de un importante número de lanceros (aproximadamente 1000) en los cuales basaban su fortaleza y capacidad de negociación. Los restos reclamados por la Comunidad Cacique General de las Pampas Cipriano Catriel habrían pertenecido a esta fuerza de guerreros.
La derrota, por parte del Ejército Nacional, de los hermanos Catriel (Juan José y Marcelino) en 1878 provocó la dispersión de la Tribu Catriel que había quedado sin cacique.