La ciudad de Berisso, ubicada en el margen sudeste del Puerto La Plata, fue la cuna del histórico 17 de octubre del ’45. En los noventa sufrió, como toda la región, un fuerte proceso de desindustrialización, que comenzó a revertirse en 2003. Hoy, se están realizando obras de gran envergadura, como el terraplén costero, o proyecto de Defensa del Casco Urbano. “Es una obra largamente esperada por la comunidad. En los últimos veinte años, la ciudad estuvo sometida a los castigos de la naturaleza, porque apenas ocurría una sudestada el casco urbano quedaba bajo el agua. Ocurrió en 1989, 1992 y 2000, y más atrás en 1940 y 1958”, explica Enrique Slezack, intendente de la ciudad. “Con la obra en pleno proceso, las condiciones cambiaron. La perspectiva de crecimiento es notable. Es un gran logro de la gestión de Néstor y de Cristina”, asegura Slezack.
Según Juan Bajcic, secretario de Obras Públicas, “Berisso es una zona de alto riesgo hidráulico”. No sólo por sudestadas. También por el efecto palangana del terreno. La obra del terraplén se extiende desde el lado sur del nuevo sector Puerto La Plata de Berisso y bordea ambas márgenes del Canal Este, para extenderse por el margen sur del Arroyo Saladero y continuar en forma paralela al Río Santiago hasta la prolongación de la Avenida Juan D. Perón. Una vez concluido, protegerá el sector central de la cabecera del partido –unas 430 hectáreas– y beneficiará a unos 45.600 habitantes. El proyecto contempla la ejecución de 11 kilómetros de defensa contra las sudestadas, componiéndose de un terraplén de suelo seleccionado y compactado de 6.250 metros de longitud.
El llamado a licitación llegó luego de intensas gestiones realizadas por la comuna a través de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos, y tras cumplirse requerimientos técnicos y legales. La inversión asciende a casi 150 millones de pesos, tiene un plazo de 32 meses y es financiada por la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación.
“La obra está en la mitad de su construcción –dice Bajcic–, pero ya se siente el impacto social y económico porque permite recuperar una zona productiva y revaloriza esos terrenos triplicando su valor”. El funcionario aseguró que, además, la obra tiene un sentido político muy profundo: “Recuperar un corredor costero, que permitirá el desarrollo productivo a través de la llegada de la Ruta 6 por la calle 90, y este circuito se dirigirá al puerto, donde funcionará la Terminal de contenedores que está en plena construcción”.