En el marco del Programa de Reparación de Legajos de la Universidad Nacional de La Plata, este lunes 21 de mayo se entregarán los legajos reparados de estudiantes, graduados y docentes detenidos, desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado que pertenecieron a la entonces Escuela Superior de Periodismo, actual Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
Se trata de los legajos de Ricardo Emir Aiub, Julio ALberto Alvarez, Horacio Bertholet, Néstor Bossi, Ricardo Antonio Díaz, Rodolfo Elías, José Espinoza Pesantes, María Fernandez de Pankonin, Jorge Horacio Foulkes, Silvio Frondizi, Pablo Gelstein, María Teresa Grujic, Alejandro Enrique Gutierrez, Julio Eduardo GUshiken, Jorge Harriague Fitz, Silvia Ibañez, Carlos Eduardo Ishikawa, Juan Carlos Jordan Vercellone, Sergio Karakachoff, Luis Macor, Mercedes Maiztegui, Hector Marghetich, Elsa Delia Martínez, Susana Beatriz Medina, Mario Miguel Mercader, Liliana Molteni, Norberto Orlando, Victorio Perdighe, Rafael Pedreira, Guillermo Savloff, Nelida Villarino y Sergio Zurita.
Con esta restitución, la Universidad Nacional de La Plata suma más de 400 legajos reparados de docentes, no docentes, graduados y alumnos.
La actividad tendrá lugar a las 16 horas en el aula 22 de la Facultad de Periodismo, diagonal 113 y 63.
Compromiso por la Memoria
En 2015, por Resolución, la UNLP estableció «disponer la inscripción de la condición de detenido-desaparecido o asesinado, en los legajos de los docentes, no docentes, graduados y estudiantes de esta Universidad» y «dejar constancia en los legajos de los reales motivos que determinaron la interrupción del desempeño laboral o estudiantil de todos aquellos que fueron víctimas de la última dictadura cívico-militar.»
Esta iniciativa constituyó un aporte de la UNLP como expresión del compromiso de cumplir con el imperativo de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación por las violaciones a los Derechos Humanos.
Según una minuciosa investigación llevada adelante por la Dirección General de Derechos Humanos y el Archivo Histórico de la UNLP, existían cientos de legajos con datos apócrifos que sirvieron para intentar ocultar la verdadera historia de las víctimas del terrorismo de Estado. Muchos desaparecidos y asesinados de la UNLP figuran oficialmente como fallecidos, o cesados en el cargo, o incluso en condición de «abandono de tareas«.