La Ética es la forma como me relaciono con el Otro, con el conjunto de los otros, y para diferenciarla de la Moral, ella indaga en las costumbres más arraigadas, las interpela, y enuncia un tipo de relación donde lo adquirido, puede en sentido aristotélico moldearse y autoconstruise como una nueva perspectiva.
No hay una ética, sino que hay una pluralidad de ellas, hay diferentes formas de relacionarnos con el Otro, cosa que no debiera dejar de cuestionar un cierto relativismo impuesto como soberanía de la individualidad, donde cualquier acción pudiera ser justificada como plausible, aunque vaya en detrimento del bien común.
Un fenómeno interesante y al cual nos vamos a referir son el Sumak Kawsay y el Suma Qamaña, términos que en quechua significan aproximadamente el “Buen vivir”. Lo significativo de esto, es que ambos fueron incorporados a las Constituciones del Ecuador y Bolivia, y de alguna forma establecen lo que sería una nueva Ética de Estado.
Buen vivir no implica el goce indiscriminado de todos los placeres conocidos: comer, beber, dormir o tener sexo, más todo ello alimentado por el consumismo, sino como una propuesta colectiva que se ajusta a la armonía con los otros, y a su vez con el medio ambiente, con la tierra.
El Sumak Kawsay en el quechua ecuatoriano, implica principalmente ni un mejor ni un peor vivir que el resto de la comunidad, y también el eludir la prisa que lleva a querer mejorar obsesivamente nuestro pasar. Vivir en consonancia con los otros, y sin desvivirse por mejorarla, son sus principio fundantes.
El Suma Qamaña en el aymará boliviano posee una significación más colectiva y podría ser traducido como un buen convivir, como una sociedad buena para todos y en completa armonía.
El Sumak Kawsay fue incorporado a la nueva Constitución ecuatoriana de 2008 donde se enuncia que: “Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay”, mientras que en la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia de 2009 se escribe que: «el estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama Hulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y ahavai ñan (camino o vida noble)».
Sin dudas una ética que rastrea en las culturas que fueron diezmadas por los conquistadores, es una iniciativa que plantea desde nuestro mismo suelo, encontrar una manera de relacionarnos con los otros y con el medio, diferente a la que nos fue impuesta y aún hoy no pudimos desembarazarnos de ella, pero precedentes como los de Ecuador y Bolivia son un más que buen aliciente.