De cara al nuevo Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, ayer el Consejo Directivo de la CGT a través de los voceros Juan Carlos Schmid (Balizamiento) y Omar Plaini (Canillitas), manifestaron que reclamarán una suba del salario mínimo a la suma de $ 2600, cuando hoy es de $ 1840. A su vez la central obrera pedirá la anulación del tope de las asignaciones familiares, que hoy impide que los trabajadores que cobran más de $ 4800 puedan hacerlo. La asignación era universal hasta que Domingo Cavallo, y Patricia Bullrich la limitaron durante el gobierno de la Alianza. Del Consejo del salario participan los trabajadores (10 de la CGT y 3 de la CTA), los empresarios a través de sus centrales, y el gobierno. La CTA a través de su líder Hugo Yasky enunció que acompañarán la propuesta de la CGT, aunque ellos consideran que el salario mínimo debería oscilar entre $ 2320 y $ 2830.
Si bien el gobierno nacional es el que media entre trabajadores y empresarios para establecer el valor del salario mínimo, los medios hegemónicos toman el tema como una presión de la central obrera contra el gobierno. De esta forma La Nación hoy titula «Reactiva Moyano la presión sobre el Gobierno», el portal de TN dice: «Moyano reúne a la CGT con demandas al Gobierno», mientras que El Cronista: «La CGT se endurece con el Gobierno y exige suba de 42% en el salario mínimo» aclarando que cerca de Moyano rechazan que el pedido sea contra Cristina.Omar Plaini aseveró que la CGT apoya este modelo económico productivista que lleva adelante el gobierno de Cristina, mientras que a través de twitter el judicial Julio Piumato escribió que espera que los: “empresarios vengan con balances y no disfrazados de linyeras”. Mientras que ya la UIA a través de Daniel Funes de Rioja expresó que las negociaciones serán muy difíciles y que los trabajadores argentinos son los que mejor salario tienen en América Latina, incluso superior a los de México y Brasil, casi como afirmando que no es necesario ningún reajuste.
Lo que los medios hegemónicos no dicen, es que justamente Néstor Kirchner y ahora Cristina, son quienes retomaron las viejas banderas peronistas de alcanzar un reparto de 50 y 50, entre trabajadores y empresarios, y es por esto que resulta llamativo que tomen a la iniciativa de los trabajadores como un apriete.