“Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos.” Subcomandante Marcos
Cuando la caída del Muro de Berlín y la desarticulación de la ex Unión Soviética, el mundo entraba en su era unipolar bajo la hegemonía exclusiva de los EEUU, y escribas tales como Fukuyama vociferaban el “fin de la historia” ya que se había llegado al ideal soñado de una única forma de régimen político, a saber la democracia liberal y a una configuración económica donde primaba la libre circulación de capitales, la libre empresa y el libre comercio, para instaurarse la tan mentada globalización. En ese momento crucial de la historia, que para nada había concluido, se imponía el neoliberalismo y su Pensamiento Único, donde no cabían más que las recetas individualistas, como aquel “sálvese quien pueda”. Pareciera un tiempo lejano, pero no pasaron más que diez años de todo aquello, y el mundo cambió sustancialmente, el neoliberalismo de desbarrancó al menos en nuestro continente y la tan mentada unipolaridad devino en una suerte de multipolaridad, donde surgieron nuevos actores emergentes y hegemónicos como China, Rusia, India, y donde Sudamérica forma parte ineludible de esta nueva configuración mundial, y es en ese punto donde organismos multilaterales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) vienen a desempeñar un rol preponderante. Sin dudas, para el mundo occidental que conforman los EEUU y la Comunidad Europea, hoy totalmente en crisis tanto económica como moral; que desde nuestro continente marchemos en un sentido diferente a lo que habíamos transitado siempre es un verdadero despropósito, y para muchos argentinos que aún no comprenden todo esto, el nuevo alineamiento representa el tan mentado “aislamiento del mundo” cuando de lo que se trata, es de entrar a un nuevo mundo hasta hace poco desconocido pero que hoy posee una mayor perspectiva de prosperidad y progreso.
Los que aún no entienden todo esto, también se quedan aferrados a viejos axiomas liberales de Occidente, y no pueden concebir más que el viejo esquema político, exportado de ultramar, sin entender que son los pueblos los que generan sus propias representaciones políticas de acuerdo a sus propias concepciones culturales, y que eso es lo que viene ocurriendo en nuestro continente en general, y en nuestro país en particular.
Los que afirman que el Kirchnerismo construyó un pensamiento único, son los que se quedaron en el tiempo pasado y aún no tienen respuestas positivas, ante esta nueva realidad que muta permanentemente y lo único que intentan es retrotraer la historia a estadios anteriores. Cuando el ex presidente Néstor Kirchner hablaba de “Que florezcan mil flores” le sumaba un cero a aquella famosa frase del presidente chino Mao Tse-tung cuando afirmaba que “Abriendo cien escuelas ideológicas se abrirían cien flores”. Si justamente hay algo que puede combatir seriamente al pensamiento único es la nueva ley de medios audiovisuales, para que todos puedan tener una voz y no solamente los que la monopolizaron siempre a favor de los que más tienen.