Sergio Ortiz
La dirección de la DAIA mandó una delegación de primer nivel desde Buenos Aires a Santa Rosa, La Pampa, para apretar al diario La Arena. La entidad sionista cuestionó mis notas firmadas como Emilio Marín tildándolas de antisemitas y discriminatorias. ¿Mi delito? Haber denunciado al Estado de Israel por su genocidio contra los palestinos y otros pueblos de Medio Oriente. Y especialmente, por publicar notas de opinión en ese diario a favor del Memorándum de Entendimiento con Irán, en la búsqueda de avanzar judicialmente en la causa del atentado terrorista de la AMIA.
Como se recordará, ese Memorándum fue -luego de un debate- convertido en ley del Congreso de la Nación, pero la DAIA siguió bombardeándola, incluso requiriendo judicialmente su nulidad.
Ese viaje y esas apretadas contra el diario La Arena y contra mí como periodista, han sido y son una violación a la libertad de expresión. Por eso fui a Buenos Aires y presenté una denuncia de lo ocurrido en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, la Comisión de Libertad de Expresión en la Cámara de Diputados y en la Cancillería. De los tres lugares, donde me recibieron con más atención y afecto fue en Cancillería, donde me hicieron pasar y me atendió el funcionario de la DIACC, Daniel Chuburu.
En las otras dos dependencias, me atendieron en un pasillo y nada más. No importa, esta es una lucha cultural, política y democrática, por eso también dejé una copia del informe al secretario general adjunto de la CTA, Marcelo Frondizi.
Ya antes, como afiliado que soy al Círculo Sindical de la Prensa de Córdoba, Cispren, había comunicado lo sucedido al abogado Eugenio Biafore, a Sergio Coria y Víctor Beccaría, directivos del Cispren, lo mismo que a la secretaría de Interior de Fatpren en la persona de Flavio Frangolini.
Reitero lo dicho desde el primer día: Señores de la DAIA, no les tengo absolutamente ningún miedo. Cada atrocidad que cometa Israel,y que ustedes convaliden, voy a seguir criticándola. Y esto no es antisemitismo, es antifascismo. Estoy a favor de la Comisión de la Verdad planteada en el Memorándum de Entendimiento con Irán, convertido en ley a pesar de tanto empeño contrario del sionismo. Y espero que se sepa la verdad del horrendo atentado de 1994, atribuido por la CIA y el MOSSAD falsamente a Irán.