Carlos Aprea
A los familiares, amigos y conocidos: tanto yo como mis familia, hijas, hermanos, mi vieja, etc. estamos bien, a algunos les entró mucha agua otros zafamos ahí, pero estamos bien, gracias a todos los que se preocuparon por nosotros, en estos momentos ayuda mucho. Hay zonas del partido de La Plata que siguen con muchos problemas, el que pueda ayudar con algo por favor que lo haga. Como suele ocurrir los más pobres y alejados son los que la pasan peor, pero hay mucha solidaridad en marcha. Ayer la ciudad, mi ciudad tantas veces querida y denostada, parecía un cementerio. Casi sin autos circulando, con todos (¡todos!) los negocios cerrados en toda la ciudad, barro por las calles y barrios (Tolosa, Ringuelet, Villa Elvira, etc.) donde al bajar el agua, miles de personas entristecidas, embroncadas, sacaban sus perdidas a la calle junto al barro y el agua y los autos despanzurrados por las calles las ramblas, las veredas. Un paisaje desolador. Mientras tanto, a la falta de luz y en muchos casos gas, las «nuevas tecnologías» mostraron su endeblez: los celulares dejaron de funcionar desde antes del pico de la tormenta y las empresas de mierda no sacaron ni un mísero comunicado; muchos proveedores de internet colapsaron y las empresa de telefonía también. Las historias que comenzaron a circular son terribles, no creo que valga reproducirlas acá, por favor el que pueda se sume a la solidaridad, nos vemos. Abrazo.