En los últimos tiempos, los medios hegemónicos, incapaces de hacer un lobby efectivo, que pueda generar una alternativa política al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, intentan diversas operatorias, entre las cuales se trata de mostrar enfrentamientos internos en el ala gubernamental, por ejemplo diciendo que los ministros De Vido y Randazzo están en la cuerda floja, o que el vicepresidente Amado Boudou está cuestionado fuertemente. Todo esto pareciera anecdótico, pero ahora la operación intentaría deslizarse hacia la demonización del ala juvenil kirchnerista, en particular de la Agrupación La Cámpora. Esta prensa canalla dice que se viene la radicalización del proyecto, una especie de vuelta a la izquierda peronista del ’73, o en todo caso a la chavización, o para ser más explícitos a decir que hay marxistas o maoístas, como el viceministro de Economía Axel Kicillof, que pasaron a ser el grupo de confianza de la presidenta. Carlos Pagni ayer en La Nación tildaba de marxista a Kicillof. “Maoísta con ropa de fin de semana” dijo el empresario español y presidente de Repsol Antonio Brufau de Kicillof. Desde este medio nos pareció oportuno transcribir parte del discurso de Cristina ayer en el Acto de lanzamiento del Plan Nacional de Igualdad Cultural, donde ella se refería precisamente a este tema.
Fuente Casa Rosada
“Yo por eso estoy muy contenta por estás cosas, pero como el día no podía ser perfecto. No, no hay días perfectos evidentemente, hoy mirando los diarios vi a los chicos de la Cámpora y del Movimiento Evita – ahí lo veo a Aguado, están al fondo – los vi que ayer, 11 de marzo, fueron a San Andrés de Giles, al pueblo de Don Héctor Pedro Cámpora, los chicos de las distintas juventudes de nuestra agrupación a recordarlo. Y me acordé – se ve que llega tarde, ya se han ido atrás – y me recordé de mí y de mi papá hace 39 años, él me acompañó a votar por primera vez. Yo tenía 20 años, soy clase 53, hacía obviamente dos años que no se podía votar, pero otros más viejos que yo, los de la clase 41, tampoco podían votar en mi país. Había existido un breve interregno, en el año 63, pero en realidad había proscripciones, con lo cual no fueron votaciones como las del 63. Duró poco, la verdad, tres años nada más pero fueron elecciones libres y sin proscripciones, como luego fueron – afortunadamente – a partir del 10 de diciembre de 1983. Pero digo esto y me acordaba cuando repasaba otro diario y me tocó leer, un editorial, en la página 2, que la verdad sentí una suerte de desazón por las cosas que ahí decían. Hablaban de una de las tantas organizaciones juveniles que conforman nuestro espacio – en este caso La Cámpora – a quien han elegido como objeto, fundamentalmente los monopolios… ¿Está por ahí el marxista de Axel Kicillof? (Risas). ¿No sé si vino? ¿Vino? ¿Qué está haciendo? Sí porque vieron que es una cosa rara lo que está pasando porque de la derecha nos dicen que somos marxistas, y los de la presunta izquierda nos dicen que somos de derecha. Yo digo que ese es el certificado perfecto de los peronistas. (APLAUSOS). Cuando de la derecha te dicen que sos marxista y cuando de la presunta izquierda revolucionaria te dicen que sos de derecha, pero seguro sos un peronista consumado hecho y derecho. (APLAUSOS). Lo tengo absolutamente internalizado. No, no es matemático y lo saben los que son peronistas y los que no son peronistas también, lo saben todos. (APLAUSOS).
Pero bueno, había un cierto tufillo en ese artículo, cuando lo leí, lo vi hoy en “La Nación”, por la mañana, el de Axel, porque decían que era marxista y además decían que era biznieto de un rabino que había venido de Odessa, seguramente de algún pogrom zarista o bolchevique, no sé qué, pero le sentí un cierto tufillo antisemita, una cosa de la derecha argentina que siempre fue medio antisemita, la Legión Cívica y toda esa gente. Sí, un tufillo así medio…además de “macarthos”, como que las tienen todas, no le falta nada realmente.
Pero bueno, resulta ser que estábamos hablando y la verdad que yo leía este artículo que está en la página 2 y hablaba de esta organización que parece tan poderosa, tan increíble y decía “tienen como 10 diputados nacionales, 6 diputados provinciales –lo anoté todo para no olvidarme-, 3 senadores provinciales, 15 concejales…”.
¿Saben cuántos concejales hay en la República Argentina? Aproximadamente, porque no sabemos, más de 8.000 concejales. La verdad que con 15 concejales no van a hacer mucho tampoco, la verdad, 3 intendencias de cuántos intendentes habrá, 2.000, 3.000, 2.200, bueno, tienen parece 3 intendentes y 2 viceministros en el Poder Ejecutivo de los 312 funcionarios incluida esta Presidenta.
Creo que en total en la República Argentina, de subsecretarios y funcionarios municipales, me refiero no a empleados, cargos directivos importantes políticos, hay 21.332. La poderosa organización tiene 39 en total sobre esos 21.332. La verdad que van a tener que laburar un poco más para ser tan poderosos, van a tener que laburar un poco más.
Pero eso puede resultar gracioso; lo que no me resultó gracioso…y la verdad que eso estaba gracioso, hasta ahí más o menos me causó gracia, lo de Kicillof también me causó gracia porque, en realidad, qué cosa antigua, poner a alguien marxista como si fuera, uy, el cuco. La verdad no sé si será marxista, nunca le pregunté. Es más, yo no les pregunto a mis funcionarios ni a nadie cómo piensa ni qué ideas tienen políticas o religiosas, sino qué piensa del país y qué le parece que hay que hacer con la Argentina para que estemos todos los días un poco mejor. Esos son los grandes interrogantes que siempre tengo con mis funcionarios. Capacidad, que la tienen, contracción al trabajo y honestidad que creo que son los tres elementos básicos para poder exigir a alguien, a cualquier argentino, cualquiera sea en el lugar en el que se desempeñe.
Porque cuidado, esto de las tres cosas, no se la tenemos que pedir únicamente a los políticos, se las tenemos que pedir a todos, a los empresarios, a los periodistas, a todos. Todos tienen estas obligaciones que también tenemos…
Pero lo que no me pareció tan gracioso y me pareció, sobre todo en el siglo XXI y después de las cosas que nos han pasado, decía que muchos de ellos, por los chicos, chicos que uno los puede ver, miles cuando se movilizan, se organizan, alegres, decían, “muchos de ellos son hijos o familiares de militantes montoneros, los identifica el mismo gen que a sus padres”.
La verdad me sonó a Mengele, esto ya no me gustó nada. Esto de creer en la identificación genética, es una cosa; no es el coraje y se identifican con el mismo gen que a sus padres. No es el del coraje, que aún en el error de aquellos tiempos, aquellos cuadros armados que desafiaron a Perón, sino la soberbia. O sea que el error, parece ser, no es empuñar armas, sino que son soberbios.
Pero lo que me sonó muy mal fue el mismo gen. ¡Qué cosa, no! El mismo gen.
¿Qué es esto de que alguien nace predeterminado por…Me pareció muy nazi, por así decirlo. La verdad que me sonó a nazi.
Pero no contentos…La verdad y después cuando leo lo de Kicillof, bisnieto de un rabino, bueno, y marxista, bueno es como que va cerrando todo y se va sumando todo. Y la verdad…
En otra época darían miedo, ahora dan pena. Pero la verdad que…Sí, en otra época darían miedo.
Y siguieron escribiendo. Dijo “no matan”, no sé, querrán que maten a alguien, no matan, “adoctrinan a jóvenes incautos y los intoxican con una falsa épica”. ¿No les hacen acordar a las cosas que decía Videla? ¿No les hacen acordar al tema de los hijos del mismo gen que había…? ¿No fue esto lo que fundamentó la doctrina de separar a los bebés, suprimir su identidad y sacárselos para que no fueran criados y no fueran iguales que sus padres? ¡Díos mío, ellos deben saber bastante de eso, eh! ¡Ellos deben saber bastante de eso! Porque la verdad verdadera algún día se va a saber también.
Y los intoxican, como si fueran idiotas los chicos, como si fueran estúpidos, como si…Pero lo mismo, si uno recorre crónicas de algunas revistas o algunos diarios de ellos mismos durante la dictadura, pueden encontrar calcada estas palabra, “estúpidos que fueron arrastrados por…” No, bueno, en fin.
Y después continúa “berrean enojados desde las tribunas”. La verdad que no los he visto nunca berrear, sino que los he visto cantar con mucha alegría, cantar con mucha alegría…Cantar con mucha alegría que yo creo que lo que les molesta es eso, la alegría. Lo que les molesta que no estén enojados, porque si fueran enojados o hicieran cosas violentas, serían más fáciles, tal vez, de estigmatizarlos y de condenarlos. Como salen a la calle, con sus piragüitas las chicas, todas jovencitas, chicos jovencitos, impensable que en algún momento se acercaran a la política y mucho menos a algo que oliera a peronismo o a Perón y Evita. Tal vez es eso lo que les molesta, ese tema.
Y finalmente, termina con “son los herederos del relato, gritan desde el poder a favor del poder, son contestatarios”. La verdad que yo los veo construir, organizar, trabajar. “No sé sabe de qué y no se sabe a quién desafían”, ahí se equivocan y ellos también saben a quién desafían. Desafían a los que han destruido este país; desafían a los que quieren monopolizar el uso de la palabra y que nos escuche otra voz que la de ellos y si es necesario mentir una y otra vez, insistir una y otra vez. Saben a quién desafían: a la concentración económica, a la miseria, a la desigualdad. Pero es una cosa de los jóvenes que no es solamente con estos jóvenes, históricamente ha sido con los jóvenes.
Yo recuerdo otras épocas, “oltri tempi”, 1983, cuando surge con toda la fuerza el alfonsinismo en la República Argentina y lo que era su base juvenil de sustentación, muy amplia, la Franja Morada y la Coordinadora, que fueron jóvenes cuadros de alguno de ellos realmente brillantes, como fue el doctor Sergio Karakachoff, de La Plata, asesinado también junto a su socio, y bueno, también se los denominaba, a algunos le decían “la patota cultural”, otros le decían “los jóvenes turcos”, no sé si lo recuerdan los más viejos, los de mi edad, y estigmatizándolos porque eran los que, según el relato oficial de los grandes medios de comunicación, eran los que querían profundizar las transformaciones e ir para adelante.
Y bueno, desgraciadamente no pudieron, fue una historia y cuando, finalmente, no pudieron, ahí dejaron de ser malos, ahí dejaron de ser mencionados.
Así que, yo les digo a todos los chicos que no se preocupen por las cosas que digan de ustedes estos personajes y estos centros de emisión de poder que justificaron la represión, la tortura, la desaparición que, además, merced a eso hasta se quedaron con empresas. No se preocupen que los mencionen, preocúpense si los alaban; preocúpense si los ignoran. No se preocupen porque, en realidad, ustedes son una de las cosas más maravillosas que le han pasado a este proyecto nacional y popular, porque también en aquel entonces, en el ’83, esos millones de jóvenes que se incorporaron, cientos de miles lo hacían con ilusión de lo que venía. Ustedes no lo hacen con ninguna ilusión, ustedes se incorporan después de lo que hemos construido del año 2003 a la fecha que realmente tiene otro valor porque es la decisión de incorporarse a la transformación y al cambio”