Se trata de nuevos investigadores, personal de apoyo, becarios y administrativos que fueron agasajados en un acto de bienvenida
Casi 450 son los ingresos del CONICET La Plata en el último año. La cifra se compone de 143 incorporaciones a la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico (CIC) y 45 a la de Personal de Apoyo (CPA), a las que se suman 238 becas para formación doctoral y posdoctoral en el mismo período y 22 nuevos miembros de la estructura administrativa.
Los nuevos integrantes del organismo en nuestra ciudad fueron agasajados en una ceremonia de bienvenida que, en su quinta edición, tuvo lugar en el salón auditorio del Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata con la presencia de sus autoridades, doctores Luis Epele y Pilar Peral García, quienes junto a los directores de las 25 Unidades Ejecutoras de la región les entregaron presentes institucionales.
El acto incluyó un momento especial para homenajear a siete investigadores que fueron promovidos a la categoría Superior, una instancia que el CONICET reserva sólo para aquellos que por su trayectoria son reconocidos a nivel mundial. Así, recibieron la correspondiente distinción los doctores Marcelo Arnal, director del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR, CONICET); Mario Aguilar, director del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM, CONICET-UNLP); María Teresa Dova, del Instituto de Física de La Plata (IFLP, CONICET-UNLP); Eduardo Gimeno, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata; Víctor Romanovski, del IBBM; Gustavo Romero, del IAR; y Roberto Torroba, del Centro de Investigaciones Ópticas (CIOp, CONICET-CIC).
Durante sus palabras de reconocimiento, Epele señaló que «el desarrollo de la carrera de un investigador del CONICET se completa con las cuatro primeras categorías: Asistente, Adjunto, Independiente y Principal. La de Superior es especial; es una distinción que se otorga a muy pocos: apenas al 1,4 % a nivel nacional, aunque debo decir con satisfacción que en nuestra región ese porcentaje es casi del doble, probablemente debido a la tradición que tiene la ciencia local».
En esta línea, se dirigió a los investigadores jóvenes que acaban de ingresar a la carrera, recordándoles su compromiso con la sociedad, como así también la importancia de «no vivir absortos y encerrados en los temas de la propia disciplina, sino procurar mantenerse atentos a abiertos a seguir el progreso de todas las ciencias».
Por otra parte, destacó el papel de los profesionales y técnicos de apoyo, como así también del personal administrativo, «por su tarea codo a codo con los investigadores, y sin la cual la actividad científica sería más difícil y en muchos casos inviable». Asimismo, subrayó «el fuertísimo sentido de pertenencia que los caracteriza, y la perspectiva particular que los hace sentirse orgullosos de ser parte de la institución y defenderla con gran énfasis».
A la hora de agasajar a los becarios, profesionales que comienzan su etapa de posgrado en las distintas disciplinas, Epele resaltó el nexo que el programa de becas del CONICET implica con otras instituciones como la universidad local y la Comisión de Investigaciones Científica de la Provincia de Buenos Aires. «En tanto doctorandos, van a adquirir la capacidad de llevar adelante investigaciones científicas mediante su participación en la generación de nuevo conocimiento, y desarrollarán al extremo el sentido crítico sin preconceptos que puedan condicionar la libertad de pensamiento, en una formación que los va a acompañar en todos los órdenes de la vida», concluyó.