De lejos y de cerca, llama la atención. Tiene cara de pibe y como a muchos rockeros, los años parecen no pesarle, ni en el cuerpo ni en el alma.
El 15 de setiembre de 2009 la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se había aprobado en general y los diputados no oficialistas, que se quedaron para el tratamiento en particular, peleaban los cambios que completarían la elaboración más participativa y horizontal que alguna Ley tuvo en la Argentina.
Los militantes de la comunicación, mayoritariamente integrantes de la por entonces Coalición por una Radiodifusión Democrática, se comían las uñas en los balcones de la Cámara de Diputados.
De repente el “Chivo” Rossi, incansable santafesino que trajina todo lo que hay que trajinar para convertir en Ley un proyecto, apuró el paso. Subía y bajaba las gradas y en su devenir recalaba en la zona de Claudio Lozano, en la de Luis Lazzaro del (todavía) Comfer todo bajo la presión de una banda de músicos no muy conocidos, que estaban en un palco cercano. Un frío helado corría por las nucas de quienes no entendían lo que pasaba. El problema estaba en los porcentajes de distribución de la recaudación de la autoridad de aplicación.
“No se puede negar la realidad, ni tener una relación conflictiva con ella, sino productiva. La realidad existe más allá de que uno quiera crear la suya propia,” con esta máxima en sus hombros se mueve Macciocco, líder de La Tolva.
Ya se había acordado (no sin discusiones) que los fondos que recaudara el futuro AFSCA se distribuirían entre el INCAA, un 25 por ciento; un 20 para Radio y Televisión Argentina; 10 para el Instituto del Teatro; otro 10 por ciento para proyectos especiales (destinados a pueblos originarios , escuelas y el 33 por ciento sin fines de lucro); un 5 para la Defensoría del Público y el 30 restante para el propio AFSCA.
“Si no aprueban lo que piden los músicos, nos levantamos,” decía Lozano. Rossi le consultaba a Lazzaro y éste le explicaba que había sido muy trabajoso llegar al acuerdo y que era casi imposible tocar algo, sin reabrir el debate. Los músicos y Lozano se acompañaban con miradas y gestos: La tribuna sufría. “Se puede caer la Ley, si nos dejan sin quórum, se puede caer;” el rumor corría poniéndole un poco más de suspenso al momento.
“Es importante resaltar que una verdadera construcción colectiva nunca es lineal y que la participación fluctúa mucho. Hubo veces que éramos sólo cuatro los que poníamos el hombro, otras tres y hasta hubo momentos en que había solo dos integrantes sosteniendo las banderas…” escribirá Macciocco en el libro Otro Cantar.
Finalmente los músicos lograron el 2 por ciento de la recaudación de la AFSCA para el Instituto de la Música que quedó establecido en el artículo 97 de la Ley de Medios.
La Coalición celebró el triunfo obtenido en la Cámara de Diputados, 146 diputados a favor dieron el paso a senadores. Esa madrugada la Avenida Callao fue testigo de las miradas recelosas que se cruzaron los creadores de los 21 Puntos con la banda de músicos que logró el 2 por ciento. Poco tiempo después la banda que era la representación de UMI y FAMI (Unión y Federación de Músicos independientes) se integraría a la Coalición y juntos organizarían el multitudinario acto del 9 de octubre con que se rodeó el tratamiento y aprobación de 44 senadores.
A tres años de esa gesta, este 2012, los músicos celebran la promulgación de la Ley de la Música que, entre otras cosas, crea el Instituto de la Música; lugar indicado por la Ley de Medios para cursar el 2 por ciento obtenido en setiembre de 2009.
Diego Boris Macciocco, y una banda de músicos más y menos famosos construyeron esta Ley que el 28 N obtuvo la unanimidad de los senadores para su aprobación.
La Ley de la Música demuestra que la Ley de Medios está viva y que su implementación no depende sólo del Estado o del gobierno, ni de la interpretación que de su letra hagan jueces, Cámaras o Cortes. Es una Ley que escribieron muchos Maccioccos, y que Una Mujer con su coraje supo poner en valor.
El año que viene Esa Mujer y los Maccioccos seguirán, cada uno desde su lugar, peleando por la cultura, el conocimiento y la verdad, lo harán desde la política y la comunicación.