La familia Blaquier es la titular de un imperio empresarial que va desde el ingenio azucarero más importante del país (Ledesma), a producciones industriales en rubros papel, carnes, granos, glucosa, almidones, gas y petróleo, lo que le permitió, desde fines del siglo XIX al presente, mantener una relación estrecha con el poder local y erigirse en una de las familias más ricas e influyente del país.
Admirados y respetados por un pueblo que veía con cierta ingenuidad que esa familia era la generadora de trabajo en la localidad de General San Martín, los Blaquier tuvieron un dominio casi absoluto en ese territorio y en aquellos en los que el poder económico se iba extendiendo, como por ejemplo la provincia de Salta o Tucumán.Pedro Blaquier, ahora máximo referente de la familia, tiene en su blog un amplio curriculum que exhibe con cierto aire nostálgico sobre una sociedad que quizás nunca haya existido. Este es el Blog de Carlos Pedro Blaquier
Olvida Pedro Blaquier agregar algunos datos sobre sus buenas relaciones con la dictadura militar que secuestro al Dr. Arédez en el año 1976 en la localidad de General San Martín (Jujuy) y que fue conocida en la historia reciente del país como “La noche del apagón”.
El 27 de julio de 1976, la ciudad de Libertador General San Martín y la localidad de Calilegua fueron sitiadas por la Policía de la provincia de Jujuy, la Policía Federal, el Ejército y la Gendarmería Nacional. A las 22, se produjo, en simultáneo, un apagón total (salvo en la fábrica de la empresa Ledesma). De este modo las fuerzas represivas secuestraron a 300 personas, las que fueron llevadas a centros clandestinos de detención en los galpones del ingenio Ledesma, donde fueron atados y encapuchados. Hoy 30 de ellas permanecen desaparecidas y hay una causa en la justicia que no avanza con la celeridad que los familiares de las víctimas desaparecidas esperan.Lo mismo ocurrió con el Dr. Arédez, quien había sido electo intendente en la localidad de General San Martín en 1973. Años atrás, Arédez había trabajado como pediatra en Ledesma, donde se encontró con las secuelas de la explotación de los trabajadores y de los efectos nocivos de las cenizas de la caña de azúcar en las vías respiratorias de la población.
Como toda familia tradicional de la argentina rural, su presencia e influencia alo largo de los años de la historia institucional del país ha sido muy fuerte. Forman parte de la galería o iconografía de personajes que, como los Martínez de Hoz, todavía no rindieron cuentas ante la justicia por ser los mentores de los planes económicos diseñados para las dictaduras militares.
Por ello no es extraño el acercamiento que, desde la Sociedad Rural, hiciera Luis María Blaquier (fallecido en 2009) con el Rabino Bergman -Diputado electo por el PRO- para formar Fundación Argentina Ciudadana que aún sigue funcionando. Y mucho menos la carga de intencionalidad política que las fuerzas políticas de la oposición quieren hacer frente al panorama que se vive en Jujuy.
Este medio quiere poner en valor algunos datos sobre la historia de esta familia, pues parece central el poder analizar el contexto profundo en el cual ocurrieron los episodios. Hay órdenes, responsabilidades y también división de poderes. Deberán rendir cuentas quienes accionaron, mal interpretaron o actuaron con intencionalidad en la feroz represión que terminó con la vida de los ocupantes y de un policía. Hay cruces que necesariamente hay que observar para no caer en el facilismo de cargar las culpas en quienes no corresponde; atender las necesidades de las familias que carecen de vivienda y sentar en el banquillo de los acusados a los que son responsables de la represión. Las tierras ocupadas pertenecen a la familia Blaquier y fueron ellos los que pidieron el desalojo por usurpación. Ese no es un dato que deba pasar desapercibido.