Por Juan Quesquén Rodríguez.
Este 2 de mayo, como todos los años desde 1999, se celebra la Marcha Mundial de la Marihuana, movimiento autónomo de autoconvocados que se lleva a cabo el primer sábado de mayo de forma simultánea.
Los participantes se movilizan para exigir la legalización y regulación del consumo de marihuana; en otros casos la despenalización del consumo, la tenencia y del autocultivo. En fin, a pesar de los reclamos hay una problemática de la que no podemos ser ajenos y estamos en la obligación de debatirla.
Más allá de si uno consume o no, el pedido de este gran movimiento autónomo es legítimo. Se podrá estar a favor o en contra, pero no se puede mirar a un costado.
Por mi parte, tengo una postura a favor de la despenalización por 3 motivos:
El primero y principal para combatir el narcotráfico, ya que siempre caen los consumidores, los perejiles, los bobos, el último eslabón de una cadena delictiva mientras el pez gordo en complicidad política, judicial y policial, anda libre.
El Estado destina recursos para perseguir consumidores y no traficantes, por ende las cárceles están llenas de “perejiles”. Además, el perfil de las personas detenidas por tráfico de drogas en Argentina es, en su mayoría, de áreas sumamente humildes; víctimas de la situación.
Por lo tanto, para cambiar esta realidad hace falta voluntad política y compromiso. Es necesario contar con estadísticas oficiales y confiables para saber la realidad sobre esta problemática y diagramar políticas públicas para combatir el narcotráfico en serio. Debemos despenalizar la tenencia, consumo y autocultivo de la marihuana, terminar con una estructura delictiva e ir tras los verdaderos narcotraficantes.
En segundo lugar, por una cuestión “moral”, por el respeto a quien elige fumar marihuana, ya que es una hipocresía señalar a un consumidor de la misma cuando los índices muestran que al año mueren millones de personas víctimas del cigarro y el alcohol. Según el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), que es una institución independiente y especializada en salud pública, revela que en la Argentina solamente el tabaco es causante de más de 40.000 muertes por año, lo que hace a un aproximado de 111 muertes por día producto de alguna de las 17 enfermedades –evitables- que causa el tabaquismo. Estas cifras hacen que de todas las muertes anuales del país el 13,6% sea a causa del cigarro.
Todo eso cuesta al sistema de salud –nosotros, el Estado- un gasto de casi 21.000 millones de pesos en la atención y el tratamiento de esos problemas de salud. Representando alrededor del 1% del producto bruto interno (PBI) y el 12% del presupuesto anual de salud.
El alcohol no se queda atrás. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en América Latina causa al menos 80.000 muertes al año. En este análisis quedaron afuera los accidentes producidos por gente en estado etílico, que aumentarían abruptamente las cifras.
En el caso de la Argentina, el promedio de consumo de alcohol es de 10 litros por persona por año, ubicándolo por encima de la media del continente: 8,7 L. En esto no nos quedamos atrás, inclusive nos animamos a doblar el promedio mundial: 6,3 L.
Según la OMS, el 18,5% de las muertes en la Argentina están relacionadas con el alcohol, sea por accidentes de tránsito o enfermedades causadas por la bebida.
O sea sumando el tabaco y el alcohol seria 32.1% de las muertes en el país. Entonces, por qué no sentarnos a debatir, ¿no lo creen?
En tercer lugar, por una cuestión de carácter investigativo (por no decir solo medicinal) ya que hay muchos mitos consecuencia de los estigmas alrededor de la marihuana. Creo que se debe investigar en profundidad sus beneficios y consecuencias tanto en la medicina como en la industria -como el cáñamo- para tener posturas con propiedad alejadas de todo conservadurismo.
En 1997 el National Institute of Health (NIH) de los Estados Unidos y la British Medical Association de Inglaterra, hicieron públicos dos informes que sostienen que la marihuana podría tener aplicaciones clínicas. Según uno de los informes el uso de la planta disminuye la presión del líquido del ojo que se produce en quienes padecen de glaucoma. Además el uso de la marihuana ha demostrado ser efectiva para disminuir el dolor en las personas con esclerosis múltiple. También ayuda a la disminución de las náuseas consecuencia de la exposición a agresivas sesiones de quimioterapia.
Ambas instituciones dieron como sugerencia que la marihuana podría ayudar a los enfermos de SIDA que sufren por la pérdida de peso, ya que devolvería el apetito que ayudaría en la recuperación de la masa muscular perdida producto de la enfermedad.
Creo que estos estudios se podrían profundizar y encontrar, si las hubiese, otros usos medicinales de la planta ancestralmente consumida. Siempre alejada de toda mirada estigmatizante.
Por el lado de la industria, de la planta de marihuana se puede utilizar el cáñamo para fibras textiles ya que son de gran resistencia, fáciles y ligeros de llevar; y para celulosa de papel; materiales aislantes, entre otras. También aquí creo que hay mucho por investigar y experimentar.
Para finalizar, espero que nuestras sociedades tengan la mente abierta para discutir un tema tan polémico, siempre con respeto y seriedad, y no tratar de invisibilizar una problemática tan presente hoy en día.
Si bien esta problemática es necesario discutirla de forma macro, debemos tener en cuenta sobre todo la realidad de cada país, con sus propios problemas e idiosincrasia. En la Argentina es necesario retomar la discusión sobre la despenalización que se desarrolló hasta el 2012, que si bien está enfocado sólo a la tenencia para el consumo, mientras que el autocultivo es penado, es un comienzo para animarnos a desestigmatizar y aplicar modificaciones necesarias al proyecto de ley.
Hoy en día la ley es ambigua y depende de la interpretación de quien lleve adelante el juicio y del abogado que pueda pagar el procesado, porque se penaliza la tenencia pero no el consumo, y ahí la controversia cuando se topan estos límites ¿Dónde empieza una y termina lo otro? ¿Cómo se sabe si se cultiva para venta o para consumo? Todo un tema a debatir.
Aportaría a un debate sano y constructivo, primero que nada estar dispuesto a escuchar y ser escuchado, alejado de frases cerradas reproducidas por los medios de comunicación; de-construir lo dicho y repensar con espíritu crítico por qué creemos lo que creemos, con qué ojos estamos analizando nuestra sociedad. O acaso quedarnos con un “la marihuana es una droga y te va destruir” ¿Es suficiente? Creo que no.
Nos debemos este debate y espero podamos llevarlo a cabo.
¡Cultiva tus derechos!