(CNCT) En las últimas semanas, distintas voces del ámbito político salieron a descalificar, con el eufemismo “Plan Descansar” o «Argentina Descansa», a los miles de compañeros trabajadores que son beneficiaros de los Programas de Inclusión Social con Trabajo. Son miles las cooperativas de trabajo que se fortalecieron en los últimos años por medio de estos programas, que con sus variantes promovieron la capacitación, la inclusión, la creación de espacios de participación en el seno de las mismas empresas cooperativas y el mejoramiento de la comunidad que habitan.
A través de estos programas, los trabajadores de nuestras cooperativas han construido miles de viviendas para los argentinos sin techo propio, han reconstruido espacios históricos como los Hoteles de Embalse Río Tercero y el Centro Recreativo de los Bosques de Ezeiza, han levantado numerosos Centros Integradores Comunitarios (CIC), han asistido solidariamente a las ciudades devastadas por tornados (2011) e inundaciones (2013), han mejorado los barrios reconstruyendo redes de agua y cloacas, refaccionado Escuelas, Jardines de Infantes, Centros de Salud, Hogares de ancianos, Clubes deportivos, Comedores comunitarios, Plazas y Parques en todo el país, pero sobre todo en las zonas más alejadas y olvidadas. Por otro lado, los mismos trabajadores tienen la posibilidad de adquirir su propia vivienda al tiempo que produce mejoras en su propia comunidad. Muchas de estas cooperativas hoy ya no perciben programa dado que se insertaron en el mercado y compiten con empresas lucrativas; otras están en un proceso intermedio, capacitando a sus asociados y capitalizando sus empresas sociales para poder realizar obras que generen mayor valor agregado.
Y estos compañeros no sólo han producido mejoras en los barrios y pueblos, también han contribuido a desarrollar un sistema de participación popular en los proyectos que afectan directamente a la comunidad, de la cual son parte. Ya que el fin de estos programas es la capacitación, equipamiento y fortalecimiento institucional de las cooperativas, muchas de ellas han logrado darle forma a diferentes proyectos (textiles, carpinterías, herrerías, fabricación de premoldeados, transporte, gastronómicos, comunicación, etc.) cada vez más orientados a la producción industrial.
Desde 2011, una federación de cooperativas creadas por estos programas preside nuestra Confederación, gracias a la madurez político-institucional que fueron desarrollando a lo largo de los años. Esto demuestra la importancia del Programa a la hora de estimular la organización y crecimiento de las cooperativas en forma independiente.
Los que hablan desde un supuesto desconocimiento, en realidad intentan deslegitimar este proceso. El titular de la Central General de los Trabajadores (CGT), Hugo Moyano, debería conocer en profundidad el rol del cooperativismo para la recuperación del trabajo. Si bien superficialmente pareciera existir una contradicción entre sindicato y cooperativa, lo cierto es que la crisis que sufrió el país encontró al cooperativismo de trabajo como contención de los trabajadores que eran expulsados del sistema laboral. Claramente, los que hoy niegan esta realidad, son los que apuestan a volver al país que destruyó todo aquello que hoy estamos recomponiendo.