A pesar de que la Provincia de Buenos Aires sea la más castigada por el flagelo de la inseguridad, y su fuerza policial la más sospechada de connivencia con el delito, el gobernador Daniel Scioli, nunca respondió quién es él que le ata las manos para no poder solucionar este problema. La pregunta que el ex presidente Néstor Kirchner le hiciera en Avellaneda poco días antes de su fallecimiento, nunca tuvo una respuesta ni verbal ni práctica, ya que los hechos violentos siguieron reproduciéndose en el primer Estado argentino.
Sin embargo el mandatario bonaerense, y a pesar de que este tema es uno de los más sentidos no solamente por la población sino que además resulta tremendamente amplificado por los principales medios informativos, no duda en decir que él quisiera ser el presidente de la nación en 2015, como si él no tuviera nada que ver con el problema. Tal es así que a posteriori de la movilización del 18A expresó que hay que escuchar los reclamos de la ciudadanía, sin especificar muy bien cuál es ese reclamo, ya que el mismo resulta multiforme y solamente alguien que se pusiera a deconstruir las diferentes expresiones podría hacerlo.
Ahora Scioli plantea “armas cero y pacificación” pero desentendiéndose de lo principal. El que escribe siempre recuerda que allá por los ’70 la famosa Scotland Yard no utilizaba armas y que por esa misma razón la rebeldía de los jóvenes británicos, no se orientaba tanto a la violencia como en otros países donde las policías eran bien represivas. Seguramente, sin una proliferación de armas, la sociedad tendría mucho menos violencia, pero uno tendría que saber porqué sitio el armamento le llega a las redes delictivas, porque armarse no es algo que pueda ser homologable a la acumulación de alimentos o ropa. Lo saben muy bien las organizaciones sociales que se pusieron al hombro la solidaridad con los inundados, muchas veces al margen de la ayuda estatal.
El delito por mínimo que sea no existe sin organización, de esa forma lo expresaba muy bien el célebre sociólogo Juan Carlos Marín, y si no hay entrecomillados es porque la cita no es totalmente equivalente a la dicha por Marín.
Scioli si quisiera ser presidente tendría que explicarle a la ciudadanía, además de “quién le ata las manos”, cómo va a enfrentar a las redes delictivas, no desde un lugar de “publicista” como lo tilda el experto Marcelo Sain, sino dando cuenta de su principal fuerza de seguridad, y de los sitios de reclusión de los capturados por hechos delictivos, ya que este problema no es algo que se pueda disimular tan fácilmente, y eso la población de la Provincia lo sabe muy bien.