“Infamélica”, nuevo poemario del argentino Rolando Revagliatti

Bianco: “Es necesaria una ley de la democracia en materia de ordenamiento urbano”
7 agosto, 2024
Para diagnóstico y diseño de estrategias: Crean el Observatorio para la Prevención del Suicidio en La Plata
13 agosto, 2024

Por Luis Benítez

Editorial Leviatán, de Buenos Aires, publicó recientemente una nueva entrega del autor local, que se suma a la extensa trayectoria en el género que acredita Revagliatti desde su inicial Obras completas en verso hasta acá, de 1988. Uno de los poetas argentinos más originales, de más vasta producción y más traducido a otras lenguas de la generación de los ’80.


La feliz iniciativa del sello Leviatán en cuanto a dar a conocer un nuevo título del reconocido poeta argentino Rolando Revagliatti permite a sus numerosos lectores acceder otra vez a una poética siempre renovada, invariablemente sorprendente, cuyas sucesivas rutas de transformación distinguen cabalmente la obra completa de este. Es que Revagliatti comprendió, desde sus inicios, que quedar atrapado en una retórica personal, por muy lograda que ella sea, conduce invariablemente a la autofagia, la repetición y la rutina que acecha en las páginas de otros escritores, incluso los más consagrados.

En vez, Revagliatti propone un universo diferente o visiones distintas de uno solo y suyo, cuyas múltiples regiones parecen no culminar nunca en número ni en originalidad. Esta particularidad de mantenido cambio de discurso y apelaciones de sentido es solo una de las múltiples facetas que lo distinguen y diferencian en el panorama del género en Argentina.



Otra singularidad del poeta es su capacidad -para lograr esa voz única y tan personal que lo caracteriza, siempre dotada de diversidad- de haber alcanzado una efectiva asimilación de múltiples influencias estilísticas, resultado de su competencia para seleccionar recursos y métodos, procedimientos y chances expresivas para construir su poética, bien que muy diferenciada de aquellas que sirvieron de base para sus logros subjetivos. Para entender cómo a lo largo de los años la intensiva lectura y estudio de otros autores le permitió a Revagliatti forjar aquello que torna su decir poético tan fácilmente reconocible, basta con repasar las influencias que el mismo poeta reconoce haber tenido en su vasta trayectoria formativa y creativa.

La cita obligada es larga pero concluyente, cuando en un reportaje (2) se le pregunta por aquellos autores que aportaron lo suyo para que accediera a su propia poética: “Sospecho que los releídos: en mi infancia y pubertad, Yamandú Rodríguez, Olegario Víctor Andrade, El Viejo Pancho, Gustavo Adolfo Bécquer, Belisario Roldán, José Hernández, Estanislao del Campo, Almafuerte, Hilario Ascasubi, Evaristo Carriego, versificadores gauchescos y letristas de tangos, buenos y espantosos, que yo leía semana tras semana en las revistas ‘Cantando’, ‘El Alma que Canta’ y ‘Cantaclaro’. En mi adolescencia, Baldomero, Manrique y César Fernández Moreno, Antonio Porchia, Walt Whitman, Nicolás Olivari, Pablo Neruda, Julio Huasi, Nicolás Guillén, Roberto Santoro, Nicanor Parra, César Vallejo, Alfonsina Storni, Mario Benedetti, Raúl González Tuñón, León Felipe. Y ya poco después, Jacques Prevert, Juana Bignozzi, André Breton, Carlos Drummond de Andrade, María Elena Walsh, Antonin Artaud, Juan Gelman, Arthur Rimbaud, Alejandra Pizarnik, Oliverio Girondo”.

Se entiende mejor, con este extenso listado de lecturas, tanto de autores argentinos como extranjeros, tan bien asimilados por Revagliatti, que su poética personal tenga una diversidad y una frescura expresiva determinantes. Cualidades que bien presentes están en su nuevo poemario, Infamélica, dicho esto sin obviar lo que sus numerosos lectores, dentro y fuera del país, reconocemos como la marca de agua que distingue a sus piezas poéticas: el juego con lo irónico, el tono burlón y sarcástico, el humor bien dosificado (recurso de tan delicado manejo en la estructura poética) que se revelan aquí y allá para mejor ajustar los engranajes entre un verso y otro, cortos y contundentes, y que se imbrican entre sí modificándose recíprocamente con una precisión de relojería.

Exactitud y medida en armoniosa conjunción, nunca cercana al peligro del desborde, puesta en Infamélica al servicio de mostrar, en líneas generales, otra manera de abordar el discurso del deseo y lo amoroso, que antes de leer este poemario nos parecía ya tan excesivamente encarado por el género, desde sus mismos orígenes, que nada nuevo podía aparecérsenos en la materia.

La originalidad y el vasto arsenal de recursos de que dispone Rolando Revagliatti nos demuestra que sí, que era posible, y que él, con Infamélica, lo ha logrado.


NOTAS

(1) Editorial Leviatán, ISBN 978-987-8967-08-0, 96 pp., Buenos Aires. https://www.leviataneditorial.com.ar/

(2) Revagliatti, Rolando, en Cuestionario respondido por Rolando Revagliatti para un blog del poeta Gustavo Tisocco, reproducido en la edición 7.940, del 27 de febrero de 2023, del Diario-NCO, San Justo, Provincia de Buenos Aires. Ver el texto completo en: https://diario-nco.com/espectaculos/buenos-aires/

*

MUESTRA POÉTICA DEL LIBRO

Cien de ellas

No hubieran cabido
todas
ni remotamente
en la platea
del Teatro de La Fábula

Si sólo hubiera dado
con cien de ellas
hubieran cabido

Y yo hubiese retornado
a ese escenario de tantos
éxitos y fracasospara exitosamente fracasar
ante un auditorio

sensible
y auditor.

Vehículo público en movimiento

La dejé a mi rodilla
en contacto con tu vello púbico
El resto de vos, aparentemente
no estaba conmigo sino
con otro tipo:
apuesto, joven, aunque
no distinguido como yo
por el especialísimo contacto

En el sueño vos eras Salma Hayek
el otro tipo era cualquiera
un extra, un entretenimiento
con el que te abrazabas
Mi rodilla era la derecha
y lo más importante:
quien hacía de mí
era yo

En ese antiguo colectivo porteño
circulando en la noche por Barracas al Sur
vos no estabas desnuda
no lo estaba nadie, ningún pasajero
ni el chofer

Exceptuando a los beneficiados:
esa rodilla mía
y tu pubis.

No porque

No porque busque el halago fácil
soy fácil

ni porque sea complaciente
complazco

No porque sólo me tengas a mí
te tengo.

Yo También

Yo también he tenido 35 años
e incluso, menos

Yo también he lucido mis pectorales en la playa
e incluso mis abdominales

Yo también he seducido a Libertad Leblanc
e incluso la he complacido

Yo también me he frotado contra colegialas en los colectivos
e incluso contra profesoras

Yo también he reventado de envidia
e incluso he envidiado sin reventar

Yo también he sistematizado mis avances
a mujeres en la vía pública
e incluso mis avances a hombres en la vía privada

Yo también he sido sobreestimado
e incluso, sobreseído.

Acorde

Pagame
bastante

Acorde
a mi actitud

A la felicidad
que proporciono

a la ilusión.

10/08/2024

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *