Por Gustavo Rosa
Gustavo Rosa es Periodista, Licenciado en Letras y casi filósofo. Nació en la ciudad de Rosario medio siglo atrás y en la cual sigue viviendo. Colaboró en medios gráficos y radiales. Ejerce el periodismo desde la función académica en la enseñanza media y en la carrera de periodismo del ISET N° 18. En responsable desde 2011 del blog de análisis político “Apuntes discontinuos”, desde el cual ofrece periódicamente sus interpretaciones del proceso político argentino. A continuación uno de sus últimos artículos, en el que da cuenta de lo últimos sucesos ocurridos a partir de los planteos policiales y otros temas vinculados con la política nacional e internacional.
Ahora que las aguas comienzan a calmarse, algunos tiburones insisten con agitarlas. Los sindicalistas opositores, contagiados por el clima destituyente, salieron a apoyar las revueltas y aportar su granito de arena con exigencias inadmisibles, como bonos navideños de más de 4000 pesos. Pura maldad, extremo egoísmo y exacerbado cinismo. Otros, escudados en una torpeza senil, aparecen con críticas insustanciales, pero cargadas de intenciones malsanas. Hasta unos hinchas de Boca aprovecharon un festejo inventado para practicar el vandalismo. Tanto que cuestionaron al oficialismo por la conmemoración del martes, nadie dijo nada de esta convocatoria realizada sólo para favorecer el caos. En medio de tanta violencia inadmisible, el Gobierno Nacional tomó las riendas de la agenda y las autoridades provinciales barajan propuestas numéricas para acallar a sus tropas. Mientras todo esto pasa, del otro lado del charco, los primos orientales buscan relajarse con el humo del cannabis.
A pesar del enojo de la ONU, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la producción y venta de marihuana con control estatal.La nueva ley sancionada en el Congreso permite el auto cultivo hasta 480 gramos anuales y la compra en farmacias hasta 40 mensuales. El tiempo dirá si esta novedosa iniciativa logra disminuir el daño que provoca el narcotráfico. Lo seguro es que los ojos de todo el planeta están posados en esta experiencia que busca solucionar un problema por un camino distinto. Enrique Rubio, del oficialista Frente Amplio, planteó que algunos dicen que están “haciendo un experimento social como si estuviéramos tomando a los jóvenes uruguayos como conejillos de Indias, pero acá lo que hay es una política pública que puede tener éxito o no, eso lo evaluaremos después”. Martín Collazo, portavoz de la organización Regulación Responsable, consideró que “existe un derecho al consumo responsable que no perjudique a terceros” y que eso “implica un esfuerzo de información y educación para conocer los riesgos asociados al consumo de ciertas sustancias”. Ahora sólo resta ver qué dirán los opositores vernáculos sobre este tema, ellos que siempre toman como ejemplo a Uruguay para elaborar sus dicterios al Gobierno de CFK.
Porque hay algo que ya está más que claro: algunos no son opositores, sino conspiradores. Y saben que les costará muchísimo acceder a la presidencia compitiendo con algún heredero del kirchnerismo si nuestro país sigue avanzando como lo está haciendo. Por eso apelan a las tácticas más mugrientas para emporcar la escena y hacer que todo fracase. No les importa el país ni sus habitantes: sólo quieren recuperar el control para entregárselo con moño a los personeros del Poder Fáctico. No se preocupan por los muertos ni los destrozos; tampoco por las angustias vividas por muchos ciudadanos; menos aún por los prejuicios transformados en acción violenta para frenar a los peones del Gran Ajedrecista. Nada les importa más que volver a gobernar el país al ritmo de su avaricia, aunque todos nos sumerjamos en la peor de las miserias.
Lejos de cualquier distracción, el Gobierno Nacional ha tomado la decisión de buscar a los responsables máximos de este entramado perverso. Ya desde el lunes está en funcionamiento la comisión creada por la Procuraduría General de la Nación para investigar a fondo los hechos delictivos que se sucedieron desde principios de diciembre. En el marco de la Ley de Defensa de la Democracia, los fiscales que integran la comisión buscarán toda la información disponible para dejar al descubierto a los creadores de esta siniestra sinfonía. “Se debe caer con todo el rigor de la ley no sólo con los autores materiales, sino también con los intelectuales”, advirtió el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Deconstruyendo el libreto
Con su personaje de opinador senil, el diputado Hermes Binner también aporta lo suyo. Distraído, desinformado, inconsistente, pero siempre dispuesto a mordisquear un poquito para consolidar su camino hacia la presidencia. Aunque su intelecto no le permite actuar como organizador de estos intentos destituyentes, su torpeza busca ser funcional a esos intereses. “Siempre va detrás del problema”, expulsó como crítica al Gobierno Nacional en referencia a los reclamos de los policías provinciales y los saqueos. Como buen cacerolero, opina sin saber y, claro está, en contra, pues calificó como “lamentable” el discurso de CFK en el Museo del Bicentenario. ¿Qué tiene de lamentable señalar las coincidencias entre el ideario de Yrigoyen, Perón, Alfonsín y Kirchner? Lo lamentable es que ni siquiera lo debe haber escuchado y lo demostró con sus declaraciones ante los cronistas parlamentarios. “La Presidenta no sólo debe denunciar que los saqueos fueron organizados por distintos sectores políticos –explicó sin rubor- sino que tiene el poder de mandar a la Justicia los elementos para que investigue el caso”.Precisamente todo lo que este individuo incalificable exige es lo que CFK ha hecho.
Pero no es el único que actúa para convertir diciembre en un infierno y no sólo por el calor que estamos padeciendo. Los Moyano están pergeñando un paro general para reclamar un incumplible bono navideño de 4500 pesos, aunque eso dificulte el abastecimiento de la mesa de los argentinos. Precisamente es lo que buscan: echar nafta al fuego para incrementar el malhumor. Como lo han hecho algunos hinchas de Boca en el extraño festejo por el “día internacional del hincha”, de lo que tendrán que dar cuenta los dirigentes de ese club. Si bien no se puede responsabilizar a la institución por la idiotez de unos cuantos desubicados,sacar a la calle una multitud para gritar y saltar sin motivo ni conducción es una enorme irresponsabilidad en medio del tenso clima que estamos atravesando.
Y la gestión de la CABA agrega lo suyo con el descontento de muchos padres que no pueden inscribir a sus hijos en las escuelas con el ineficaz método on line sacado de la galera. El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich admitió en una entrevista radial que “esto es de alguna manera un costo que entendíamos que estaba en el sistema, pero que creemos que valía la pena enfrentarlo”. Provocar angustia y desconcierto era el objetivo y lo lograron. Detrás de esta ineptitud institucionalizada, se oculta el fin de boicotear la educación pública para favorecer a la privada. Una foto más para interrumpir el camino del Líder Amarillo hacia la presidencia en 2015.
Pero todas estas bombas de estiércol no interfieren en el tránsito hacia un país mejor. Por el contrario, lo alientan. Ya sabemos que los saqueos no pueden pensarse como resultado de la inequidad, aunque sugieren profundizar la redistribución para que forme parte del pasado. Para la CEPAL, Argentina es el país que más ha reducido la cantidad de pobres e indigentes en la región y su crecimiento la ubica entre los primeros. Lo otro, lo de la rebelión policial, invita a pensar un nuevo diseño para la seguridad distrital. Tal vez, como lo sugiere el miembro de la Corte, Raúl Zaffaroni, debería quedar bajo la órbita de los municipios y no de las provincias, para volverlas más controlables. Finalmente, la única manera de desarticular las conspiraciones es castigando a los conspiradores. Muertos, heridos, daños materiales, miedo y dolor no deben quedar en el olvido. El accionar destructivo de los que escribieron este guión ha mostrado una vez más su eficacia. Pero la fuerza y la alegría de un pueblo movilizado en defensa de la democracia y la potencia de un proyecto para transformar lo que haga falta son herramientas más que suficientes para reducirlo.