Realizar un balance de la elecciones de ayer en Santa Fe, no resulta fácil, mucho más cuando desde los medios hegemónicos, y desde muchos candidatos opositores, se intenta nacionalizar los resultados, tratando de demostrar que el gran perdedor ayer fue el kirchnerismo.
Hoy por dar un ejemplo La Nación, habla de 2 grandes ganadores y de 2 grandes perdedores. Los dos primeros para el diario de Mitre son Hermes Binner y Mauricio Macri, mientras que los dos segundos son la presidenta Cristina Fernández y Pino Solanas.
Todas las encuestas previas daban como ganador al socialista Antonio Bonfatti, por un amplio margen y lo que se debatía era quien iba a resultar en segundo lugar, pero ayer ante los primeros conteos e incluso pasado el 50 % de los votos escrutados, el debate pasaba por quien iba a ser el ganador, mientras que el tercer lugar estaba asegurado, en este caso por el candidato del FpV, Agustín Rossi.
Lo realmente curioso fueron las palabras del electo gobernador por el Frente Progresista, quien ganando por mucho menos de lo que se suponía, y casi raspando, éste dijera que hubo un voto castigo contra la intención de imponer un «pensamiento único», en clara referencia al kirchnerismo. Bonfatti más que preocuparse por la escasa diferencia por la que ganó, cuando todas las encuestas le daban una diferencia a favor del 10 %, acusó recibo invertido.
Según revelaba ayer el diario Perfil, a través de una encuesta de Management & Fit, Bonfatti alcanzaba el 38,3 %, Torres del Sel el 28, 2 % y Rossi el 25,4 %. Si nos atenemos a este sondeo el ganador alcanzó menos de un punto porcentual de lo previsto, mientras que el Midachi llegó a casi el 8 por ciento más, mientras que el candidato de Santa Fe por Todos obtuvo 3 puntos menos. Si existe alguna sorpresa en el resultado de ayer, no es tanto el voto al candidato Rossi, sino el resultado mínimo por el que el socialista se impuso al del Pro Federal, cuando en las provinciales anteriores, Hermes Binner alcanzaba cerca de la mitad del electorado.
Por otro lado si bien el Frente para la Victoria, resultó tercero en las votaciones para gobernador, se impuso en las legislativas, donde la candidata María Eugenia Bielsa se imponía por el 35,17 %, y de acuerdo a lo que dispone la Constitución santafesina, el partido que gana en el rubro diputados se queda con 28 de las 50 bancas que están en juego. El resto se lo reparten por sistema D’Hont los otros partidos políticos. Esto supone obviamente que la Cámara Baja tendrá otro color político que el que va a gobernar la provincia.
Por otro lado hay que tener en cuenta que al igual que en la CABA, en Santa Fe, se incrementó un electorado que elige el voto despolitizado, y liviano, aunque en las sombras actúen viejos personeros de la política más rancia, como lo es un Eduardo Duhalde, y donde el accionar de Carlos Reutemann también sopesó bastante en el voto del Midachi.
“No se trata de hablar mal de estos votantes, sino, simplemente, de señalar que existen: a ellos la política no los convoca y puede llamarles la atención una novedad recién desembarcada de los medios. Este perfil de votante es el gran desafío de la política no solamente en la Argentina. Hoy favorecieron a Miguel del Sel, agradeciendo simpatía, «cariño», «sencillez» y lenguaje de llaneza invencible”, asevera hoy Beatriz Sarlo en su editorial de La Nación al cual titula “Una votación rara”, agregando posteriormente que: “De todos modos, no hay que llamarse a engaño. En el cuartel general de Del Sel no estaba sólo la decoración festiva de Pro. También estaban Gerónimo Venegas y Martín Redrado, dos duhaldistas netos y, para quien quisiera escucharlo, estaba el intendente de Chabás, Osvaldo Salomón, un defensor del campo que considera que el socialismo fue «tibio y vacilante» en la cuestión agraria y que Rossi fue sencillamente un enemigo de esos intereses.”
Las elecciones de Santa Fe, no se si abren un panorama nuevo, más allá del crecimiento de esta modalidad Pro; ya que los destinos de una provincia indudablemente están ligados a las políticas de estado que se llevan adelante desde el gobierno central, y esto los que ganaron bien lo saben.