Por Nadia Erice
Entrevista a Antonio Nicolau Docente Universitario, Investigador, Profesor de Filosofía y Pedagogía
Desde el Protocolo de Kyoto, pasando por la Bolivia de Evo Morales y, atravesando conceptos impuestos por la lógica del sistema capitalista -que estandariza nuestros modos de producción de sentido- el filósofo Antonio Nicolau, reflexiona sobre la contracara del régimen de vida actual, analizándolo con el prismático del “Buen Vivir”.
“El capitalismo propone una alternativa y una lógica de construcción de la felicidad que está centrada en el tener; en cambio, la idea del Buen Vivir que rescata el pueblo boliviano, es como una centralidad del Ser, más que del tener. En ese Ser, el vínculo fundamental es con la Tierra, con la Naturaleza y, en el respeto a ellas, está la centralidad del Buen Vivir”.
Nicolau expresa que éste término es acuñado por la posición política e ideológica del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera que, a su vez, él mismo rescata de las culturas Aymara, de los Pueblos Originarios y Campesinos.
Esta política del vecino país norteño, que tanto Evo como Linera retoman, de valorar el vínculo del Hombre con la Naturaleza, no desprecia los avances tecnológicos, ni la producción que hace el sistema capitalista moderno.
Antonio Nicolau afirma que la idea del “Buen Vivir”, o “Vivir Bien” (como prefieren llamarlo sus profetas originarios) se centra más en “estar en armonía y en contacto con la Naturaleza incluyendo al Hombre, en una convivencia mucho más sociable que la planteada por el capitalismo, que profesa el individualismo.
“Ese contacto es vacuo, no tiene contenido”, fueron las palabras que utilizó este Filósofo para explicar que, a pesar de vivir en una época en donde la comunicación está mediada por la tecnología (a través de E-mails o redes sociales), esto propone sólo una ilusión de comunidad. “es un contacto esporádico, que no es comprometido ni tiene ninguna filiación con lo humano”.
Como el Yin y el Yan, Nicolau sostiene que la lógica del Buen Vivir propone lo contrario, “rescatando la idea del acercamiento, del contacto físico y emocional”.
Más allá del uso social que los sujetos puedan llegar a darle, por ejemplo, a una computadora ya sea para intercambiar E-mails o frecuentar redes sociales; Antonio Nicolau también enfoca su pensamiento al uso comercial que los modos de producción capitalista hacen de la tecnología, para perfeccionar el mercado continuamente.
“No creo que la aternativa sea volver a la época de las carretas, pero sí me parece que una cierta racionalidad dentro del mercado sería importante para hacer más sustentable el proceso de continuar la vida de la especie humana”.
La tecnología de la computación ha permitido la generación de millones de puestos de trabajo en todo el mundo, cuando la PC en sus orígenes era sólo un mero dispositivo de almacenamiento de ciertos recursos. Hoy en día es una fuente y herramienta de trabajo.
“Ya se ha convertido en una necesidad, más que en un lujo. Con la comunicación sucede lo mismo, se convirtió en una necesidad. Aunque siempre a partir de una creación artificial”.
“La ecología esta de la mano del capitalismo. Porque todo tipo de material que nosotros utilizamos, requiere de una explotación minera, de un uso abusivo de las riquezas naturales que exigen un proceso de industrialización muy grande, contaminante si o si”.
Nicolau afirma que, si bien a través del acuerdo establecido en el Protocolo de Kyoto, de disminuir las emisiones de gases y la contaminación ambiental, esto sigue siendo un punto de riesgo enorme para la continuidad del Planeta.
“En la medida en que más petróleo se descubra, mayor continuidad del proceso de industrialización habrá”.
Nicolau sostiene que, hay intereses internacionales que hacen inviable otra modalidad de vida, con autos ecológicos o a batería de litio, energía eólica o solar, porque están en pugna por la apropiación de ese material que es indispensable para la vida del Planeta.
Al propio entender de Nicolau, no nos espera un futuro de lo más alentador, dado que sostiene con pesar que “El proceso de aceleramiento del proceso productivo es indirectamente proporcional a la profundización de la conciencia crítica”.