* Por Juan Quesquén Rodríguez.
Cristina Fernández lanzó la fórmula para disputarle la presidencia a Mauricio Macri y dio un remezón en el tablero político electoral nacional. La noticia la dio a conocer por la mañana del sábado con un vídeo que subió a sus redes sociales y que inmediatamente se viralizó. Fue una decisión inesperada por su militancia y por los referentes políticos, pero que aúna a la conformación del gran Frente Patriótico. El elegido fue Alberto Fernández, jefe de campaña y ex jefe de gabinete del matrimonio Kirchner del 2003 al 2008.
El efecto de la decisión no tardó en tener las primeras reacciones e inmediatamente se bajaron de la precandidatura Agustín Rossi y Felipe Solá; no pasó lo mismo con Daniel Scioli que mantiene su campaña.
Por su parte, Miguel Ángel Pichetto cuestionó la determinación de Cristina y manifestó que Alternativa Federal debe presentar sus propuestas “cuanto antes”. Mientras tanto el renovador Sergio Massa – que al enterarse de la noticia se encontraba en una entrevista radial – no adelantó declaraciones y solo atino a mostrarse abierto al dialogo: “Tengo respeto por Alberto, la etapa que viene necesitara mucho diálogo y me van encontrar en ese camino”. Sobre la definición el salteño Juan Manuel Urtubey posteo en su cuenta de twitter: “La única fórmula que necesita la Argentina es dejar atrás el pasado, es devolvernos un presente, es construir futuro y no prometerlo”. Otro de los dirigentes que integran el espacio federal, Humberto Tumini, fue más contundente y califico a la formula Fernández – Fernández de “gatopardista”.
Quien no se manifestó al respecto es el líder de Consenso 19, Roberto Lavagna. Sin embargo, desde su entorno dejaron entrever que van en consonancia con las declaraciones del reciente reelecto gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que ratificó que Alternativa Federal “va a tener una representación en las próximas elecciones presidenciales».
Pero ¿Qué significa la formula Fernández – Fernández?
En el mensaje que sostiene Cristina, por más de 12 minutos, dice que nunca la desvelaron “los cargos políticos, tal vez porque pertenezco a una generación que no buscaba un lugar en las listas, sino un lugar en la historia. Sin embargo esa misma trágica historia me hizo comprender que los cargos son herramientas para llevar adelante los ideales, las convicciones, las utopías”. Y más adelante sostiene: “Más que ganar una elección necesitamos de hombres y mujeres que puedan gobernar una Argentina que se encuentra en una situación de endeudamiento y empobrecimiento peor que la del 2001. Y que tenga la suficiente amplitud de ideas y de sectores políticos para representar con compromiso el interés nacional. Asumo este nuevo desafío con el convencimiento absoluto que es lo mejor para nuestro pueblo y nuestra Argentina”.
Todo indica que la táctica de Cristina Fernández de Kirchner –si ganase las elecciones- está puesto en la presidencia del Senado del Congreso de la Nación, lugar donde –y en acuerdo con el ejecutivo- se nombran a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En ese sentido, desde el kirchnerismo vienen denunciado públicamente la persecución política que sufren de parte de la justicia. Días atrás el mismo Alberto Fernández advirtió que jueces y camaristas “van a tener que explicar las barrabasadas que escribieron para cumplir con el poder de turno”, algo que no fue bien visto por La Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia que inmediatamente salieron a rechazar los dichos.
Hace unos días, en la presentación de su libro “Sinceramente”, Cristina propuso un “nuevo contrato social” para buscar nuevas formas y alianzas que garanticen los derechos al pueblo. Quizás sean esas alianzas el motivo del desembarco de Cristina para presidir la Cámara Alta y así apuntar a la justicia, un lugar que el gobierno de Cambiemos ha colmado con jueces afines vía decreto.
Solo así se puede entender que una de las dirigentes tan relevantes de la Argentina haya relegado un lugar tan importante. Cristina mira a la justicia y la justicia la mira a ella. Seguramente ambas van a potenciar su poder de fuego. Falta muy poco para las definiciones y Cristina tomó la iniciativa, ahora queda por ver qué harán el resto.
* Licenciado en Comunicación Social.