Así como hace pocos meses atrás la preocupación fue por la llegada a la Argentina de la denominada cepa Manaos, proveniente de Brasil, en las últimas semanas el lugar protagónico en las noticias le corresponde a las nuevas variantes del SARS-CoV-2: Delta, Lambda y Alfa, entre las más nombradas. Si bien la mutación en este tipo de virus es frecuente –y el causante del COVID-19 no es la excepción–, la alarma que despierta tiene que ver con que la aparición de cada nueva cepa obliga a la vacunación a correr una especie de carrera contra el tiempo. «Los datos científicos indican que la efectividad de las diferentes vacunas disponibles aumenta a niveles similares con la aplicación de la segunda dosis frente a las distintas variantes del coronavirus que están circulando a nivel mundial», afirma Guillermo Docena, investigador del CONICET en el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA) y referente del desarrollo de la vacuna local ARGENVAC221, actualmente en fase pre-clínica.
En el mismo sentido, Víctor Romanowski, investigador del CONICET en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM, CONICET-UNLP) subraya la necesidad de contar con información precisa y confiable, y explica a qué se alude cuando se habla de la efectividad de una u otra vacuna: «No es lo mismo cuantificar la protección contra el contagio que contra la internación. Los porcentajes de cobertura que se difunden hacen referencia a la medida en que una vacuna contribuye a evitar las hospitalizaciones, es decir los casos graves; no la posibilidad de contraer la infección o cursarla con sintomatología leve. Esto tiene que quedar muy claro». Así, tomando como ejemplo a AstraZenca, una de las formulaciones más utilizadas en nuestro país, el especialista señala que «lo que hoy muestran los artículos académicos es que la primera dosis tiene una efectividad del 71 por ciento, número que asciende a 92 con la segunda aplicación, pero siempre hablando del resguardo contra las formas severas de la enfermedad».
Entre las variantes más resonantes, sin duda la llamada Delta está hoy en el centro de la escena. Surgida en India a finales de 2020, se sabe que es el doble de transmisible que el virus original y ya está presente en más de 80 países, donde los contagios se multiplican rápidamente entre las personas no vacunadas. Aunque por el momento no se ha informado que exista circulación comunitaria en Argentina, su alto grado de contagiosidad obliga a no bajar la guardia en su control. No obstante el acento puesto en la necesidad de confiar en la respuesta de las vacunas, los expertos locales hacen especial hincapié en la importancia de no relajarse con los cuidados habituales, como el uso del barbijo, la higiene frecuente y el distanciamiento social, ya que «todas las estrategias juntas constituyen la mejor amalgama para continuar enfrentando la pandemia».