Por Nadia Erice
Las cartas se están mezclando. Todavía el mazo no fue cortado y los jugadores están expectantes.
La incertidumbre que rodea a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) -que se llevarán a cabo el próximo 9 de agosto- en la Provincia de Buenos Aires, es ilimitada.
Candidatos que se bajan de sus candidaturas, otros que abandonan los espacios partidarios con los que dieron inicio a sus campañas, para sumarse a otros … ¿subiéndose al carro ganador?.
El hecho es que, calculadora en mano y con las encuestas sobre la mesa, se piensan y tejen las alianzas más impensadas. Como la de Mariano Recalde, director de Aerolíneas Argentinas y candidato a Jefe de gobierno porteño (por Nuevo Encuentro, espacio aliado al Frente para la Victoria), con el dirigente radical Leandro Santoro, que ya no es tan radical.
Esta alianza se da dentro de un macro-acuerdo tácito que inicia Cristina Fernández de Kirchner, cerrando el congreso de los radicales más progresista, liderado por Leopoldo Moreau.
Alianzas y fotos que los peronistas más dogmáticos, miran con recelo.
El Frente Renovador de Sergio Massa (actual intendente de Tigre y candidato a la presidencia, por lo menos hasta hoy) le quedan pocas partes ya para ser desmembrado en su totalidad. Día tras día pierde de a uno a sus referentes.
Como lo es el ejemplo de Gustavo Posse, intendente de San Isidro y candidato a gobernador, que inició su candidatura con Massa en el Frente Renovador, siguió su camino con el PRO, y hace unos días solamente puso en su estado de Facebook “Por la unidad de la oposición, dejo de lado mi candidatura a gobernador”. Posse sabrá.
Mientras tanto, el PRO de Mauricio Macri (actual Jefe de gobierno porteño, y candidato a presidente) se sigue salpicando de oscuridad.
No resulta ser suficiente que, a comienzos del año pasado una parte de su gabinete, haya sido acusada y enviada a juicio por estar sospechados de conformar una asociación ilícita que intervenía teléfonos para hacer escuchas ilegales a empresarios y políticos, solicitadas a través de la justicia de Misiones (que figuraban en causas totalmente innecesarias) y por pedido exclusivo de Palacios.
Los acusados son -además del “Fino”- el policía Ciro James, el ex ministro de educación porteño Mariano Narodowsky, el ex juez de Misiones José Rey y su secretaria, Mónica González, junto a un grupo de policías misioneros.
también se trattó de acusar a Mauricio Macri, pero el Juez Federal a cargo de la causa, Sebastián Casanello, estimó que no había pruebas concretas en su contra, aunque sigue procesado.
Habría que resaltar que en ese mismo momento, abril de 2014, el fiscal Di Lello pide la apelación para que Macri sea acusado nuevamente, y en julio de ese mes la Cámara Federal avaló la decisión de Casanello.
Para pasar en limpio….Macri está procesado en una causa federal que investiga si fue partícipe necesario de la asociación ilícita que realizaba escuchas ilegales a empresarios y dirigentes políticos, inclusive hasta familiares víctimas del ataque terrorista a la AMIA.
Recién en marzo de este año, sus abogados solicitaron el sobreseimiento del Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, para encarar el año electoral libre de “culpa y cargo”. Y ese hombre se candidatea para presidente. Y en capital sigue ganando su partido.
Entre ayer y hoy se viralizó una versión que afirma que éste procesado, habría realizado innumerables llamados a los jerarcas de la CONMEBOL para evitar la suspensión del clásico Boca-River por la Copa Libertadores (disputado el jueves 14).
El juego fue suspendido finalizado el primer tiempo, dado que cuatro jugadores del Millo terminaron con quemaduras de primer grado, debido al ataque de unos “antihinchas” que violentaron la parte de la manga que se apoya contra el alambrado; y les arrojaron gas pimienta cuando los jugadores se dirigían al vestuario.
Y las relaciones de poder se extienden como los tentáculos de un pulpo, si pensamos en que el actual presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, militante del PRO, es íntimo amigo del fiscal (padrino del hijo de Angelici) que llevará a cabo la investigación de lo sucedido en el estadio, ese día.
Por el lado del Frente para la Victoria, también hubo bajas a nivel nacional. Como las del Ministro de Defensa, Agustín Rossi, el legislador porteño, Jorge Taiana y la del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, todos precandidatos a la presidencia. Se suman las del intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi y Fernando “el Chino” Navarro, que corrían por la gobernación de la Provincia de Buenos Aires.
Estas bajas permitieron despejar el camino para la dupla de candidatos principales, que el Ejecutivo de la Nación apichona bajo su ala y actúa en consecuencia.
La presidente Cristina Fernández imprimió una frase que sostenía un pedido implícito de reducción de candidatos de un mismo espacio político -como lo es el FpV- para las PASO, solicitando un “baño de humildad”, dicho que interpeló efectivamente a estos cuadros, que creen poder aportar positivamente y seguir construyendo más y mejor, desde sus puestos actuales, al ya orgánico ley motiv kirchnerista “el candidato es el proyecto”.
Esto dejaría liberado, o mejor dicho, reducido este tablero de ajedrez, a dos grades referentes del partido, como lo son el actual Ministro del Interior, Florencio Randazzo y el actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.
Éste último, recordemos, con sus amores y desencuentros partidarios, con intentos de desapego oficialista en más de una ocasión y con muchas contradicciones ideológicas, pero con un aparato que supera los límites de la provincia que timonea.
Scioli carga con el peso de la represión a trabajadores de prensa del Diario Hoy, cuando realizaban una protesta en la puerta del medio por mejoras en las condiciones laborales y salariales, y solicitaban la reincorporación de los compañeros despedidos. A través de una alianza tácita entre el Ministerio de Trabajo Provincial, los dueños del medio y la Policía Bonaerense se permitió la bochornosa represión a periodistas de la ciudad de La Plata.
Scioli bordea el límite entre el no hacer y el hacer mal. Como el anecdótico partido de fútbol al que concurrió en Pilar, en noviembre del año pasado, en medio de una problemática de desborda a la provincia siempre después de un temporal, como lo son las inundaciones.
Es importante recordar que en abril de ese año también decretó el estado de emergencia de seguridad en toda la Provincia, nombrando a diez mil efectivos de la Bonaerense, mientras que las paritarias docentes se problematizaban cada vez más, hasta llegar a un paro que se prolongó durante treinta días, alejando a los chicos de las aulas.
Mientras tanto, compartiendo la línea de largada, se encuentra el Ministro del Interior, Florencio Randazzo, con una currícula superior en procesos productivos, y con un cierto aval preferencial desde la Casa Rosada, dado que decreta el traspaso del control electoral desde el Ministerio del Interior, hacia el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; liberando al precandidato de una “incompatibilidad de funciones”.
Randazzo tiene como fortaleza su capacidad resolutiva y poder de decisión. Además de la política ferroviaria; se invirtió y fortaleció la extensión de los ramales a puntos estratégicos tanto comerciales como turísticos, a puntos donde antes no llegaba el tren, o hacía veinte años aproximadamente, habían quedado las vías abandonadas.
Es un cuadro político con peso propio, quedando esto demostrado cuando tomó la decisión de intervenir y quitarle la concesión de los ferrocarriles a las líneas Mitre y Sarmiento, luego de la Tragedia de Once. También la estatización de esas líneas en 2013, y también suyo el proyecto de ley enviado al Congreso para reestatizar los ferrocarriles y aprobado este mismo año, por unanimidad.
Esto fue, entre otras medidas quizás, la gota que rebalsó el recipiente de tolerancia que contiene a todos aquellos que no quieren al Estado cerca.
Esta interna feroz sobre aquello que el Estado puede o no controlar, y aquello que los sectores empresariales y los gremios quieren (o no) compartir con el Estado.
Porque de esto hablamos cuando hablamos de elecciones. Hablamos de la acción que determina nuestra decisión, de quién será el que nos represente.
Cuando el Frente para la Victoria dice “el candidato es el proyecto”, grafica la necesidad de concientización de un electorado crítico. Apela a los votantes a darle continuidad a esta visión integradora e inclusiva del Estado, sobreprotegiendo las fronteras que el mercado acecha, pero con la sabiduría de negociar con éste y tener presente que la competitividad internacional es la que convierte en confiable el país para convencer inversores, así aumentar la productividad interna.
El FpV ha demostrado una flexibilidad que le permite mirar y proyectar hacia afuera, al mismo tiempo en que contiene e incluye a los de adentro.
Ese es el modelo de país que entra en disputa, el poder conformarnos como un Estado partícipe necesario para el desarrollo individual y colectivo; o el de un Estado excluyente, manejado por quienes no ostentan un discurso ideologizador, que hacen campañas marketineras, con slogans vacíos que, en conferencias de prensa sus líderes replican aquello que sus asesores de prensa les dictan.
Que sólo quieren el poder estatal, para desmembrarlo, privatizarlo y dinamitar eso que ellos llaman “el gasto público”, que no es otra cosa que los fondos destinados a las asignaciones universales por hijo, el Plan Ahora 12, PRO.CRE.AR, PROG.R.ES.AR, Argentina Trabaja, Ellas Hacen, PRO.CRE.AUTO, programas de salud, inversión en ciencia y tecnología, construcción de nuevas universidades y hospitales de alta complejidad (con sus sistemas de comunicación de datos en tiempo real), entre tantos miles de otros “gastos” que los defensores de un modelo estrictamente sectario y de exclusión, han dado sobradas muestras (explícitas y públicas) de querer aniquilar.
Es momento de cortar el mazo, barajar y estar expectantes de que hay quienes van a embarrar la cancha, como lo hizo Elisa Carrió -que ya a esta altura, no se sabe qué intereses representa, dado que hasta la propia oposición la repudió- con senador nacional, Juan Manuel Abal Medina (diciendo que lo había visto “pasado de droga”, dichos que le valieron una denuncia) o con el Ministro de Economía, Axel Kicillof, desde el diario Clarín, diciendo que ganaba más de cuatrocientos mil pesos por ese cargo, cuando en el registro del directorio se puede comprobar, que él mismo renunció a su sueldo, y ejerce el cargo ad honorem.
Al truco, al ajedrez y a las damas se gana más mirando hacia los costados y a los adversarios, que proponiendo uno mismo el inicio de la jugada. La cuestión es saber mirar.