–Hay que seguirle pegando al gobierno por el tema Repsol– le dijeron a Morales Solá, y éste sin perder tiempo anotó 3 o 4 cosas con las cuales debía articular el editorial del domingo para el matutino La Nación. Un cuadro de la derecha no partidaria como él, siempre va a encontrar alguna línea argumentativa, y también algunas sugerencias para políticos opositores no acostumbrados a tener línea propia. El tucumano pensó de inmediato en la impronta de las encuestas, y la desprevención de algunos para salir a manifestarse sin tener esos datos en cuenta, pero lo más importante era titular la nota con algún nombre explosivo, y argumentar mínimamente sobre eso.
“La peor crisis internacional desde el default” fue el sugestivo título, diciendo que después de Malvinas y de la crisis de 2001, el haber expropiado las acciones de YPF a la española Repsol provocó la reacción internacional contra nuestro país. Muy suelto de cuerpo, Morales Solá escribió: “El mundo ha hecho saber públicamente, con menor o con mayor intensidad, su rechazo a la expropiación de YPF” para luego citar, cuando no, dos informaciones extraoficiales. La primera aludiendo a que algunos países latinoamericanos ya se encargaron de manifestarles a España, Europa y los Estados Unidos, que ellos no son iguales que la Argentina, pero claro “esto lo deslizaron en ámbitos más reservados”.
La segunda información extraoficial, tiene que ver con el descontento norteamericano. Literalmente: “Obama debió sentirse defraudado, 48 horas después, cuando se enteró por televisión de la decisión argentina. En la capital norteamericana se ratificó que Cristina no le dijo nunca nada a Obama lo que sucedería con YPF. Ante una consulta precisa, la embajada estadounidense en Buenos Aires fue tajante: Nadie le advirtió al presidente Obama sobre la expropiación, contestó. Hillary Clinton, primero, y su vocero, luego, precisaron que la expropiación había caído muy mal entre ellos. Es probable que pase mucho tiempo antes de que Cristina vuelva a tener una reunión cara a cara con Obama”
Morales Solá comienza el artículo expresando que una compra consensuada con Repsol hubiera sido lo justo, pero claro con eso se perdía el trazo épico y guerrero, que necesitaba el gobierno para subir en las encuestas. Cosa que al parecer del tucumano, no le resultó tan favorable, al menos amparado en sondeos realizados por Poliarquía para La Nación. Luego se contradice manifestando que los radicales se subieron a la propuesta oficialista, para no decaer en las encuestas, sin importarles los métodos empleados. El “cómo” de la reestatización de YPF era importante para preservar las inversiones, sugiere, argumentando que si se hubiera hecho cómo él dice, se garantizaría que haya capitales dispuestos a invertir en la Argentina para el caso concreto de la petrolera, y que del modo como se hizo, no habrá dinero para llevar el proyecto adelante. Planteado así, la acción del gobierno resultaría casi un suicidio, solamente rentable en las encuestas, aunque en ellas, tampoco le alcanza. Pero lo grave es que la Argentina entró en la peor crisis internacional, aunque de ello, los pueblos del mundo no tengan la más mínima idea.