Por Osvaldo Drozd
Mirarse el ombligo, eclipsa ver todo lo de importancia que existe por fuera de esa mínima percepción. Aunque tal vez los grandes medios de información nos adiestren para sólo ver nuestro ombligo. Es lo que se llama la construcción de los observables. Ver la totalidad es muy complejo, entonces hay que resaltar los fragmentos que se consideran de importancia.
En la Argentina es poco probable que los grandes medios nos informen acerca de lo que sucede en los países vecinos. Mucho menos de lo que sucede en Bolivia. O se mantiene una vieja visión de atraso y pobreza, o se resalta que está conducido por un indígena bolivariano, con lo cual se debiera sospechar que no existe tanta democracia. Idéntica posición se observa sobre Ecuador. Lo que nunca se va a decir es que las dos pequeñas naciones andinas, hoy son dos grandes motores de desarrollo. El crecimiento económico tanto de Bolivia como de Ecuador, es realmente admirable. Lo cual si se compara con la media regional, debiera llevarnos a preguntarnos el porqué de ello.
A lo largo de la semana que termina, el presidente de Bolivia Evo Morales Ayma está visitando Alemania -junto a una extensa comitiva- con la intención de concretar acuerdos de cooperación e inversiones. Vale señalar que la economía teutona, la más importante de la Unión Europea, mira con muy buenos ojos el desarrollo tanto de Bolivia como de Ecuador. Hace tres años el viceministro de Cooperación Económica y Desarrollo alemán, Hans Jürgen Beerfeltz, de visita a Ecuador, calificó a ese país como “el jaguar latinoamericano al que Alemania está dispuesto a apoyar en este gran salto”, haciendo referencia al cambio de la matriz productiva que impulsa el gobierno de Rafael Correa. Beerfeltz, destacó en esa ocasión la inversión pública que la nación andina realiza para impulsar su economía productiva, considerando que el modelo de desarrollo que ha elegido el Ecuador está dando resultados sumamente positivos, y recalcó que “el jaguar es el tigre latinoamericano” en alusión directa a los denominados “tigres asiáticos”, hoy principales economías emergentes.
Según informara el jueves, la Agencia Boliviana de Información (ABI), el ministro de Planificación del Desarrollo, René Orellana quien es parte de la comitiva encabezada por Evo Morales, informó que al menos 350 empresas alemanas expresaron su interés de invertir en Bolivia en distintos rubros, entre ellos, turismo, energía e industria. Para los alemanes es de suma importancia la ubicación estratégica que tiene el país andino amazónico.
«Son varias empresas en el área de turismo, energía e industria, muy interesadas por el hecho de que ocupamos un lugar geográficamente central en América del Sur y podemos constituirnos en un puente de comunicación para facilitar el acceso a mercados», precisó el ministro, agregando que la ubicación geográfica de Bolivia, corazón de Sudamérica, le da una «ventaja comparativa» respeto al resto de los países de la región.
Por otra parte, informó que la delegación boliviana cerró un acuerdo por más de 1,5 millones de dólares por ventas de almendra a Alemania. A su vez los gobiernos de Bolivia y Alemania firmaron dos convenios por 43 millones de euros para emprendimientos productivos, agropecuarios y la formación de profesionales en las áreas de energía, gestión de agua y aprovechamiento del litio. Según el Ministro de Planificación del Desarrollo, Alemania expresó su respeto y admiración por el crecimiento de la economía boliviana, la erradicación de la pobreza, y el liderazgo del presidente Evo Morales. «Es impresionante el recibimiento de Alemania y sin duda un país fundamental en Europa porque tiene un liderazgo indiscutible en temas tecnológicos, económicos, y una fuerte incidencia política en la Unión Europea», señaló Orellana.
El Gobierno boliviano suscribió el jueves además dos acuerdos en Hamburgo, el primero para comprar turbinas del consorcio alemán de electroingeniería «Siemens» y el segundo para la exportación de estaño por un valor de 106 millones de dólares, informó el ministro de Planificación del Desarrollo.
Orellana calificó de importantes los acuerdos con empresas mineras y energéticas, para comprar turbinas para potenciar las termoeléctricas del Sur (Tarija), Warnes (Santa Cruz) y Entre Ríos (Cochabamba).
“Esas turbinas aprovechan gas que disponemos en Bolivia para generar energía, es una muestra de la tecnología de punta que tiene Alemania», explicó.
Según datos oficiales, el costo kilowatts instalado en promedio es de 1.000 dólares, sin embargo, con las turbinas de Siemens será entre 850 y 890 dólares, porque son turbinas de mayor potencia, es decir, de 300 o 400 megavatios.
Según el Ministerio de Hidrocarburos y Energía, Bolivia tiene alrededor de 500 megavatios (MW) de reserva de energía eléctrica, que perfila al país como exportador de energía en Sudamérica.
En ese marco, Orellana remarcó que una de las empresas más importantes de Alemania firmó un acuerdo de compra de estaño boliviano, porque es uno de los metales «más puros» del mundo.
«El estaño boliviano es muy adecuado para producir ciertos enlatados y envases por su calidad y pureza, por eso hay el interés alemán de comprar esa materia», remarcó.
De acuerdo a datos preliminares, ese acuerdo permitirá exportar al menos 3.600 toneladas de estaño en los dos siguientes años.