Por Yanina Lofvall
Como si el horror y la violencia institucional no dejara de cobrar nuevas formas macabras de perversión y no se agotara de golpear a los desprotegidos. Hoy somos todos quién sabe qué nombre, un niño de seis años, abusado por su padre y luego por Mario Tolosa. Dos abusos sexuales con seis años de vida. Dos procesos judiciales con todo lo que eso conlleva y dos jueces Horacio Piombo y Ramón Sal Llargués que consideraron que la pena impuesta al violador debía ser reducida argumentando que el pequeño víctima del abuso tenía “una orientación sexual homosexual y estaba habituado a que lo abusen”. “Es gay, ya tiene su sexualidad definida. El abuso pasó, pero no fue tan ultrajante”.
Un argumento que no resiste análisis. ¿Entonces las niñas violadas si son heterosexuales será también un atenuante? ¿Entonces la trata de blanca será también un atenuante porque después de un tiempo la víctima “está acostumbrada a que la abusen?
Camino por las calles y escucho silencio, miro los noticieros y no veo cacerolas y autoconvocados pidiendo justicia, no veo carteles diciendo “Yo soy ese niño de 6 años” “Hoy somos todos ese niño”. Serán los movimientos sociales que luchan desde abajo quienes otra vez se movilizaran por tamaña injusticia legitimada por un poder corrupto, para otra vez sentir que este gigante golpea sin piedad a los pobres, a los desprotegidos y protege a poderosos.
La condena había sido a seis años por abuso sexual gravemente ultrajante. Sin embargo, la Sala I del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires le redujo la pena a tres años y dos meses de prisión considerando como atenuante la presunta homosexualidad de la víctima, un niño de 6 años. El sorprendente fallo lleva la firma de los jueces Benjamín Sal Llargués y Horacio Piombo que luego justificaron su decisión.
Según el fallo: “… el pasado más remoto del pequeño niño cuyo padre fuera preso por abusador y cuya madre lo abandonara a merced de una abuela que -con todo- no ha demostrado demasiado interés en el desarrollo del mismo”.
El abusador, según la causa judicial es Mario Tolosa, vicepresidente del Club Florida de la localidad bonaerense de Loma Hermosa. Tolosa, se ocupaba de llevar a los chicos del equipo de fútbol en su camioneta. Tolosa llevó al nene hacia el interior del baño del Club y le aplicó al menos un cachetazo para luego ultrajarlo tapándole la boca para silenciar el llanto del niño.
El caso se conoció debido a la denuncia de la abuela ante la Comisaría de la Mujer. Hoy, son varios los legisladores y organizaciones que están solicitando el juicio político para ambos magistrados que contarían con varios fallos similares.
*Imagen: Miguel Adame