Por Red Textil de Coopertivas
Un extenso informe publicado el jueves 19 de marzo por la periodista Struminger desvaloriza a las cooperativas de trabajo textiles y aporta datos falsos sobre el proyecto Jug.Ar
Comunicado de prensa de la red textil cooperativa “Nos ponemos la camiseta de Zamba”
La nota “Jug.Ar, el plan del Gobierno para fabricar juguetes y remeras Nac&Pop”, publicada el jueves 19 de marzo por Brenda Struminger, en La Nación, intenta ubicarnos, a los integrantes de la Red Textil Cooperativa, en una posición dependiente del Estado y por lo tanto manipulable políticamente. Sin embargo, es otra la historia…
En primer lugar nos vemos en la obligación de desmentir los datos a partir de los cuales la periodista Struminger saca todas sus conclusiones. Hasta el día de la fecha, ningún Ministerio, de los que forman parte del proyecto Jug.Ar, otorgó ningún tipo de financiamiento para la producción de prendas o juguetes de la serie Zamba. La Red Textil Cooperativa (RTC) es una parte más del convenio, y ha invertido sus propios recursos y esfuerzos humanos en la totalidad de los materiales y su confección. Struminger habla de “cooperativas subsidiadas o financiadas” deslegitimando por completo el valor de la autogestión, de nuestra capacidad de negociar, de planificar estrategias de mercado, de establecer acuerdos productivos con el Estado (como lo hacen todas las empresas privadas), y sobre todo de hacer política por convicción propia, como lo estamos haciendo hoy.
La periodista Brenda Struminger representa claramente la postura del diario La Nación, que nos toma a las cooperativas de trabajo como empleados del gobierno. Tenemos una historia de recuperación de fábricas textiles y de crecimiento en dos frentes que se combinan: el económico y el político. La integración en ambos frentes nos permitió encarar emprendimientos de magnitud como Jug.Ar y muchos otros (hoy estamos fabricando ropa de trabajo con una marca propia).
Pero por otra parte, nos sumamos al proyecto Jug.Ar por convicción, porque creemos que Zamba representa el pensamiento nacional y transformador que los chicos no encuentran en ningún otro producto televisivo. Y creemos además que el Estado no puede ser “neutral” en la educación de los chicos, como cree la periodista, sino que tiene que intervenir con propuestas culturales e incluso ideológicas. No solo atendemos “el puestito”, también nos ponemos la camiseta de Zamba.
Y finalmente, admitimos que en varias oportunidades nuestras cooperativas han recibido algún subsidio de tipo productivo. Hay una política de fortalecimiento de la autogestión por parte del Estado, sin lugar a dudas. Es parte de un plan más abarcador que algunos llaman “proyecto nacional”, y que promueve el desarrollo de la industria local pero con inclusión social, es decir con una distribución más justa de las ganancias. Hoy la administración política del Estado no se olvida de quienes hemos defendido y recuperado el trabajo en las peores épocas del país, de los que garantizamos la dignidad a miles y miles de trabajadores que (ya sea por necesidad o por elección) no encuentran su lugar en el mercado tradicional.
Por todo esto, señora periodista, la invitamos a que se sincere con sus lectores y escriba lo que realmente piensa: que prefiere un modelo de país con un Estado que no intervenga en el desarrollo industrial y en la distribución de la riqueza, sino el Libre Mercado, donde la TV infantil quede librada al antojo comercial de los privados, donde las pequeñas empresas sean devoradas por los monopolios, y donde los únicos subsidios sean los salvatajes financieros a los Bancos o las empresas extranjeras.
Otros datos erróneos de la nota: