La Argentina no constituye un Estado laico, y si bien desde sus inicios fue concebido como un Estado Confesional, hoy no se podría decir que lo sea aunque el actual preámbulo de la Constitución contenga la frase “invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”.
La posibilidad o no de una ley que despenalice el aborto, y establezca el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, sin dudas tiene que ver con esta heteronomía del Estado argentino con respecto a la Iglesia.
Se supone que el “No matarás” de los 10 Mandamientos bíblicos, sería un freno a la posibilidad del derecho al aborto. La paradoja surge cuando los grandes medios, que nunca plantearon la posibilidad de separar a la Iglesia del Estado, insisten denodadamente en que exista la Pena de Muerte.
Antes tendrían que plantear que el Estado debería ser laico, ya que sino sería un oxímoron.