(Ria Novosti) El despliegue de los elementos del escudo antimisiles de EEUU en Europa impulsa a Rusia a modernizar sus fuerzas estratégicas, declaró en Londres el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin.
Este martes, Rogozin presentará en la capital británica su libro «Halcones de la paz. Diario de un embajador ruso». El viceprimer ministro intervino ayer en la Embajada rusa en Londres donde explicó la postura de Moscú frente al escudo antimisiles que EEUU construye en Europa.
«Este escudo nos obliga a pensar en la modernización de las fuerzas estratégicas. Los propósitos declarados no se corresponden con la realidad porque en el Pacífico (costa oeste de EEUU) serán desplegadas baterías adicionales de interceptores y Rusia quedará rodeada de misiles», apuntó.
Dijo que Moscú no prevé aumentar sus arsenales de armas estratégicas para contrarrestar la defensa antimisiles estadounidense.
«Debemos buscar otras respuestas, inteligentes y asimétricas. Rusia lanzó el programa de rearme hasta 2020 que permitirá renovar sus fuerzas estratégicas, pero todo se hará en el marco de los acuerdos internacionales», indicó Rogozin.
A su juicio, ya no es un problema técnico militar burlar el escudo antimisiles de EEUU. Es más bien un asunto político y económico.
«Para nosotros ya no es un problema superar el escudo antimisiles. Es un problema resuelto y lamentamos que EEUU siga gastando tanto dinero obligándonos a hacer lo mismo. Ese escudo es un bluf y no representa amenaza militar. Es más bien un asunto político y económico», expresó.
Señaló que el descontento de Moscú se debe principalmente al carácter desproporcionado y provocativo del sistema antimisiles que está creando Washington y que el elemento más peligroso de ese sistema son los interceptores emplazados en buques.
«Es una respuesta desproporcionada. Si quiero matar una mosca en la frente de uno puedo hacerlo con un periódico. Pero si lo hago con un garrote ya será un ataque… EEUU no ha presentado garantías de que esos buques no aparecerán algún día en el mar del Norte o en el mar de Barents. No existe tal garantía», dijo el viceprimer ministro ruso.