Mónica Sladogna
Luego de pasar el furor por la designación del Papa “argentino y peronista” y aún en medio del furor pascual por un Papa que limpia los pies de niños encarcelados, no se toma en consideración que llega en limusina y con guardaespaldas al lugar de reclusión…
También es cierto, que en estos días los fondos buitres y sus agoreros vuelven a estar en los medios, en particular en los mismos medios que garantizan catástrofes de todo tipo si no seguimos la ortodoxia supuestamente apolítica de ellos y de los fondos. En fin, frente a ese horizonte, me puse a leer un libro de economía que una amiga me recomendó: “Economía a Contramano. Cómo entender la economía política” de Alfredo Zaiat.
Allí en la introducción del autor, encuentro una frase que me trae de vuelta al camino entre la batalla celeste y la terrestre, como diría mi viejo amigo Marechal. Refiriéndose al pensamiento económico ortodoxo (y ya con esta definición una empieza a pensar, aunque no quiera, ¿ciencia ortodoxa? ¿Oxímoron?), nuestro amigo Zaiat (disculpen la confianza pero si no lo es, merece serlo) dice: “La ortodoxia concibe el orden natural en el mercado libre. Es una religión con sus sacerdotes. El predominio de los dictados de la economía sobre el poder político, durante décadas, ha provocado la incorporación del concepto celestial de modelo al discurso habitual en el espacio público…”
Bueno, bueno aquí sí que lo celestial y lo terrenal se juntan, no sólo con el Papa, la Iglesia y la Política, sino también la Economía como religión abstracta, pletórica de racionalidad matemática y ajena a la Política… Cielos Batman, ¿qué hacemos? O como sugería Lenin ¿Qué Hacer? Obviamente seguir leyendo….
Y al poco andar, es decir, al poco de seguir leyendo (¿Les dije que amo leer los sábados a la mañana, con mate y con la casa en silencio reverencial?) casi me caigo del sillón cuando veo: “Ocultar en un lenguaje encriptado la comprensión de los fenómenos económicos, o peor aún, considerar que existen expertos con títulos de Licenciados en Economía, y si son otorgados por universidades extranjeras, de Estados Unidos, mejor, que dicen que saben lo que va a pasar pronosticando la evolución de variables macroeconómicas, es el método más eficaz para lograr que aceptemos sumisa o resignadamente que los intereses del poder económico se encuentran por encima del interés general”.
Y allí mismo, piensa que te piensa (ven para lo que sirve leer) me acuerdo de una frase de Scalabrini Ortiz, bueno como no la recuerdo totalmente buscó en Internet y la encuentro: “Estos asuntos de economía y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Sólo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender la patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros”.
Bien por Scalabrini y Zaiat, y bien por mí que los leo a los dos… por lo menos soy coherente. En fin, conclusión, si la hay… parece que entre lo religioso, lo económico y lo político hay más vínculos que los que nos hacen creer (maravilloso, nos hacen creer que hay algo que no existe). Pero de todas las religiones la que más me preocupa es la del mercado libre, sus sacerdotes y fieles seguidores que no necesitan del ritual de lavar los pies a los pobres, con el de lavarles la cabeza es suficiente.
Los dejo, vuelvo a Zaiat, si quieren están invitados….
Ah la foto del reloj, es porque para algunos filósofos trascendentales Dios era un relojero, y yo quería ver que había detrás… La última broma, en base a un comentario del amigo Ariel Scala (lo bueno de lo virtual es que se puede cambiar permanentemente con el aporte de todos y todas) las palomas son una plaga, que sean el símbolo de la paz es un chiste fenomenal. Palomas o Halcones o Buitres, entre tantos pájaros me quedo con los loros de Inodoro Pereyra y con el ave de Minerva que siempre levanta vuelo al anochecer…