Walter Barboza
La medida por más que se la intente minimizar, desbordaba contundencia. Fue, quizás, la fotografía que los funcionarios del gobierno provincial no querían ver: Cerca de 50 mil docentes, según las organizaciones sindicales convocantes, marchando por las calles de la ciudad de La Plata, en rechazo a la aplicación de un aumento del 22,6 por ciento por decreto, cuestionando la posibilidad de que se descuenten los días de paro y criticando cualquier intento de aplicar una conciliación obligatoria.
La convocatoria, organizada por el Frente Gremial que componen los sindicatos SUTEBA, FEB, SADOP, UDA y AMET, concentró a maestros y profesores provenientes del interior de la provincia, del gran La Plata y del conurbano bonaerense.
El clima de euforia, tuvo consignas significativas, sobre todo cuando los cánticos exclamaban por la vigencia de una educación nacional y popular, y aclamaciones de desencanto luego de que trascendiera que la voluntad del gobierno provincial es la de descontar los días de paro. Una medida que, de aplicarse, llegaría en algunos casos a los 1.200 pesos.
Pero, además, Scioli habría instruido a sus funcionarios para que reprogramen los gastos y detengan la ejecución de aquella obra pública que no cuente con fondos asignados. La reprogramación presupuestaria, obligaría a la provincia a postergar gastos en siete ministerios. Sólo quedarían afuera del ajuste áreas que Scioli considera importantes como seguridad, salud, desarrollo social y educación.
De este modo Scioli aspira a ordenar las partidas de su gobernación para poder hacer frente a los planteos salariales del conjunto de los estatales, al tiempo que pide a los docentes “un cambio de actitud” que, a decir por los visto en la categórica manifestación, está muy lejos de ocurrir.
Para descomprimir el clima de tensión que esta semana se puso de manifiesto con las incesantes manifestaciones de trabajadores estatales, Scioli volvió a hacer un nuevo ofrecimiento. Esta vez se trata de un aumento que oscilaría entre el 19 y el 23 por ciento y sería liquidado en dos cuotas. ATE ya la rechazó de plano, sólo resta saber si este 21 de marzo será aceptada por UPCN y FEGEPPBA.
Si hay algo que no puede desconocer Scioli, en estas horas de presión y conflictividad creciente, es que había sido advertido de esta situación. Ya desde fines del año 2012 el ala dura de los estatales y los docentes provinciales le habían anunciado que si la oferta salarial 2013, no era encuadrada dentro del marco de una verdadera recomposición salarial los conflictos se iban a multiplicar. Y así fue.
El paro, y la marcha docente, vuelven a mostrar el grado de disconformidad existente ante la política educativa bonaerense. Las amenazas de descuentos salariales no hicieron más que recalentar el clima entre los manifestantes. La estrategia de intentar apagar el fuego con nafta, en lugar de recurrir a la negociación colectiva, terminará incendiando los frutos antes de la cosecha.