“Cuando en las afueras de la ciudad la caravana desfilaba frente a las torres radiotelefónicas, escucharon la última información oficial: en plena etapa de recuperación económica, la población de la Capital se ha lanzado alegremente en viaje de merecidas vacaciones…”
Bernardo Kordon, en su cuento La Huelga de los Basureros (escrito mucho antes de la existencia de Mauricio Macri) anticipa una ciudad de Buenos Aires tapada por la basura a raíz de un paro sindical. Los Medios blindan la realidad ocultando que tal como la soñaron los basureros en huelga: “una llanura pura y desolada quedó a la espera de una nueva fundación”.
El último Batman de Christopher Nolan muestra a un empresario encapuchado luchando por defender ciudad gótica de múltiples ataques: la corrupción-político- policial, la disputa interempresarial que lo incluye, el terrorismo gótico.
El intendente Anthony García descubre que los malos, que él arrojó a las alcantarillas ya dominan los túneles de los subterráneos y desde allí le disputan el poder. La Liga de las Sombras, las empresas y los bancos se confunden en métodos terroristas. El alcalde descubre la realidad cuando viendo a su equipo de fútbol americano (con vestimenta totalmente amarilla) el estadio se hunde en las profundidades de la ciudad y aparece el líder de las sombras anunciando la guerra final.
Una escena similar a la de Macri mirando el foso que se abrió en la calle Sinclair al 3000, esperando encontrar allí a los metrodelegados. En el Batman que los porteños ven de a cientos de miles, la lucha ya no es entre el bien y el mal por el poder, es por la ciudad aunque esta quede sin habitantes, como en el final del cuento de Kordon.
Y Macri piensa igual. Desde su impotencia es capaz de prender fuego Buenos Aires con tal de seguir utilizando a los porteños como trampolín para su candidatura a presidente.
El código Durán Barba, que tanto éxito le ha dado, le define a Macri:
1) Que asi como están los subtes no pueden andar. Desde su mirada empresarial son deficitarios y entonces el valor del pasaje debería estar en 5 pesos. Una medida que dejaría más de medio millón de usuarios afuera. La misma idea que plantea para los hospitales que no deberían atender a ciudadanos del gran Buenos Aires.
2) A menos gente, menos trabajadores por lo tanto menos conflictos o conflictos controlables.
3) Que la responsabilidad siempre está en otro lado. Si se cae una marquesina es responsable el consorcio del Edificio, si se hunde la vereda y la calle, es culpa de los arquitectos y de la empresa constructora.
4) Si muere una persona no importa, lo que vale es que la justicia (y los Medios que hacen justicia por mano propia) deslinde sus responsabilidades.
5) Y además siempre está Cristina para echarle la culpa de todo lo que ande mal en ciudad gótica.
Macri (siempre en código DB) quiere darle el poder de la ciudad al jefe de Policía, al comisionado, como en ciudad gótica. Para todo un 0800 TE DENUNCIO. Las empresas están para hacer negocios y no para garantizar servicios públicos. El Estado está al servicio de los grupos económicos, defiende sus intereses por sobre el de los sindicatos y de los usuarios que no alcancen el standard Pro. Una ciudad para el 30 por ciento de la población.
Los pobres son usurpadores del espacio público, deben estar ocultos a los ojos de los vecinos; su destino: las alcantarillas. Es el concepto de la Unidad de Control del Espacio Público, matones que sacan a patadas y cadenazos a los indigentes; hombres, niños y mujeres en situación de calle.
Macri día a día construye su enemigo, esa Liga de las Sombras que comienza a juntarse pero que a diferencia de la película manejan otros códigos, más democráticos, más populares.