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Osvaldo Drozd

«Sos un audaz Uribe» Néstor Kirchner

El desbaratado intento de bomba contra el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez el pasado martes en el Gran Rex de Buenos Aires deja muchas dudas, al menos para quien escribe. Cuando el cronista se entera del fallido atentado, lo primero que intenta es encontrar fuentes que le permitan saber de qué forma se produjeron los indicios que luego terminarían con el encuentro de la caja donde se encontraba un teléfono celular que explotaría cuando el ex presidente neogranadino iría a disertar. Pero ese dato, consistía solamente en que un empleado de limpieza había encontrado la caja de 10 x 15 limpiando el techo, y esto por supuesto resultaba demasiado poco creíble, y mucho más cuando lo que estaba en juego era la ponencia de un ex mandatario que en su país había hecho de los falsos positivos una política de estado.

Una semana antes de lo del Gran Rex se produjo en Colombia un atentado “terrorista” contra el ex ministro uribista Santiago Londoño, y es recomendable leer al respecto una nota que escribió Emiliano Guido para Miradas al Sur el pasado domingo, es decir, dos días antes del fallido atentado en Buenos Aires, de la cual se puede extraer este fragmento: “En ese sentido, hay que preguntarse quién se beneficia, objetivamente, con la situación. Entonces, cabe afirmar que el bombazo que estremeció esta semana a Colombia no debe haber sido activado con la mano izquierda. Más bien, todo lo contrario” Cuando Guido habla de mano izquierda es porque el uribismo pretendía culpar a las FARC del atentado, en una coyuntura donde el actual presidente Juan Manuel Santos cada vez más enfrentado a Uribe intenta iniciar un diálogo de paz con la guerrilla.

Antes de la asunción de Santos al gobierno de Colombia, durante el año 2010, la agencia ANNCOL, tildada por el establishment colombiano de ser parte de la guerrilla, en una nota de opinión, este medio diferenciaba al saliente Uribe del próximo mandatario. Mientras Santos es parte de una oligarquía colombiana tradicional, es decir de una casta si se quiere un poco más cultivada, y proclive a la negociación, Uribe pertenece a lo que en el país caribeño se denominan los “paisas”, una nueva oligarquía que se benefició del desplazamiento de campesinos, que logró enriquecerse con eso, y que luego fueran la dirección efectiva del narcoparamilirarismo. Hoy las diferencias entre Santos y Uribe se profundizan, mientras el primero ni bien asumió convocó al ex presidente Néstor Kirchner para mediar en el conflicto con la Venezuela de Hugo Chávez, el segundo quiere ser una referencia obligada de la nueva derecha latinoamericana. Es de destacar que quien sucedió a Kirchner en la titularidad de la UNASUR fue la colombiana María Emma Mejía, proveniente del Polo Democrático Alternativo (PDA) que si bien no es de la misma fuerza que el actual presidente, cuenta con el aval de éste.

 

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