Especular con partidos vecinales, para esquivar las internas, poner huevos en diferentes canastas, inclusive cuando alguna de esas canastas es algún partido opositor, son muestras acabadas de que el compromiso con el proyecto nacional y popular es solamente una pose, que no se condice con las verdaderas intenciones de los que realizan esas prácticas, que sin dudas solamente pueden tejerse en la oscuridad.
«Lo único que tenemos es la política»
Néstor Kirchner
No hace tanto, hablar de política era casi mala palabra, pero de a poco la cosa fue cambiando, y de afirmar que “son todos chorros o corruptos” y que lo único que les interesa es su bienestar personal, la política en el buen sentido fue recuperando su valor, y hoy gran cantidad de jóvenes que ayer no querían saber nada con todo eso, rescatan a eso que llaman una herramienta de cambio.
Esta repolitización de la sociedad sin dudas es un hecho extremadamente saludable, aunque aún sobrevivan residuos de lo viejo, no solamente en la mayoría de la oposición al gobierno nacional, sino también en las propias filas de lo que hoy es un inmejorable paraguas donde algunos se cobijan, no para profundizar el camino iniciado por Néstor Kirchner y que hoy continúa la presidenta Cristina Fernández, sino porque es un buen negocio para conservar situaciones de poder institucional. Es en este punto donde aparecen oportunismos, que hacen fríos cálculos, como lo hiciera el intendente platense Pablo Bruera en 2009, despegando su compromiso con el proyecto nacional, para sólo importarle mantener su cuota de poder. Es posible que hoy ante el crecimiento de la imagen positiva de Cristina, personajes como estos vuelvan al ruedo, como si fueran kirchneristas de la primera hora, pero son muchos los que ya no les creen.
Especular con partidos vecinales, para esquivar las internas, poner huevos en diferentes canastas, inclusive cuando alguna de esas canastas es algún partido opositor, son muestras acabadas de que el compromiso con el proyecto nacional y popular es solamente una pose, que no se condice con las verdaderas intenciones de los que realizan esas prácticas, que sin dudas solamente pueden tejerlas en la oscuridad.