No caben dudas, que hay sectores sociales que por su lugar en la economía, ocupan sitios de mayor importancia que otros, pero también habría que convenir que solamente la articulación del conjunto, es lo que produce el funcionamiento correcto de la sociedad. Cuando un sector intenta solamente imponer su propio interés, sin importarle si esto perjudica a los otros sectores, es cuando cabe hablar de espíritu corporativo, pero también valdría señalar que no siempre la representación formal de un sector, coincide con los intereses reales del mismo.
Durante el conflicto con las patronales agropecuarias, que en verdad representaban intereses diversos, se intentó mostrar una sola faceta, e incluso extenderlo al conjunto de la sociedad con una consigna falaz como aquella que afirmaba “Todos somos el campo”. El tiempo posterior fue demostrando la falacia, y ahí mismo estuvo la habilidad del gobierno para revertir la adversidad de entonces, y llegar al presente con un consenso inimaginable hace tres años atrás.
En este sentido expuesto vale subrayar la reunión, en la que ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pudo compartir diagnósticos junto a Coninagro, una de las cuatros entidades que conformaran la mesa de enlace. Dicho encuentro fue calificado por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, como una jornada de trabajo «extraordinaria» que sirvió para aunar los «desafíos del movimiento cooperativo y los objetivos del Estado».
Idéntica idea acerca de la construcción conjunta de todos los sectores, fue la que Cristina expusiera en Tecnópolis, ante los empresarios a principios de septiembre donde enfatizaba que con los únicos que debemos pelearnos es con los problemas que obstaculizan el desarrollo.
Sin dudas que cuando alguien como el titular de la CGT Hugo Moyano, expresa como lo hizo ayer que: “Si los gobiernos quieren prosperar y hacer prosperar al país, si los gobiernos quieren hacer una muy buena política, no se pueden divorciar de los trabajadores porque son los trabajadores los que generan riqueza y sostienen a los gobiernos”, sin dudas que Moyano tiene razón al respecto, pero la frase pareciera descontextualizada con respecto a la Argentina de 2011, ya que si esto hubiera sido dicho cuando el trabajador era variable de ajuste, tendría total validez, pero también valdría convenir que la clase trabajadora, no es solamente algunas fracciones de ella, sino todos aquellos que aún no se sienten representados por las organizaciones gremiales, y que muchas veces encuentran mayor contención en instancias como el Ministerio de Trabajo que en los sindicatos.
Ayer también Cristina expresaba durante el acto en la ex ESMA que fortaleciendo ese formidable organizador social que es el trabajo debemos “generar también dirigencias sindicales a la altura de las circunstancias”, pidiendo que se tenga “lealtad a la Argentina y a los intereses de todos los argentinos”