Osvaldo Drozd
La ruptura de la UCR con el Partido Socialista y el GEN, sin ninguna dudas orientan al partido centenario hacia la centroderecha, alejándola del supuesto progresismo que saben declamar. Ricardo Alfonsín estará presente en al acto de la Unión Celeste y Blanca que lidera el empresario colombiano Francisco De Narváez, y es un hecho que este último será el candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires, llevando en su lista a Alfonsín como presidente. El “colorado” inhabilitado para ser candidato a presidente fue evaluando en los últimos meses varias posibilidades, para llevar como presidente, y así fue tanteando a Reutemann, a Macri, y si bien se despegó de las internas del extinto peronismo federal, tuvo un acercamiento importante al chubutense Mario Das Neves, quien tras el empate en su provincia declinó de participar en las internas e incluso bajar su candidatura presidencial. La idea de un gran frente opositor con este nuevo escenario cayó en saco roto, pero es probable conjeturar que la alianza de Alfonsín con De Narváez pueda sumar otras adhesiones, principalmente del arco político que se inclina desde el centro hacia la derecha. Algunas fuentes resaltan que hay conversaciones para que Roberto Lavagna sea el candidato a vicepresidente, aunque esto él mismo lo haya descartado, pero con esta nueva configuración es probable que el ex ministro de economía lo esté evaluando. Lavagna ya fue candidato a presidente por el radicalismo, más allá de su procedencia peronista. Si esta operación se realizara es donde habría que preguntarse que haría alguien como Duhalde que si bien está lanzado a las presidenciales, es probable que termine aportando fuerzas a este frente, y una punta fuerte para pensar esto, es que el ex bañero de Lomas, había pensado a la interna del peronismo federal como un procedimiento tras el cual, el que fuera ganador iría a ser el jefe de negociación con Mauricio Macri cuando todavía éste pensaba en llegar a la Rosada. Duhalde sabe que su imagen no es la mejor para ser candidato, y que en el armado de un frente opositor, él puede ser una pieza clave, y de alguna forma es lo que vino operando. El resto de los ex integrantes del peronismo federal no sabemos que harán, pero todas las señales marcan que hoy no quieran enfrentarse frontalmente al gobierno nacional. Es así como el electo gobernador de Chubut, Martín Buzzi, pueda terminar apoyando en las presidenciales a Cristina, como también lo afirmara el ex presidente Carlos Menem, y silenciosamente también lo hagan los Felipe Solá, los Carlos Reutemann, y tantos otros que hoy ya saben que sus aspiraciones están clausuradas. La otra incógnita es que hará en octubre el Pro de Macri, ellos manifestaron ya, que su posición la evaluarían después de las elecciones porteñas, y no sería descabellado que también apuesten por la candidatura presidencial de Alfonsín, ya que el límite que planteaba el hijo del ex presidente con respecto al Pro, parecía más un gesto de conciliación con sus ya ex aliados, los socialistas y el GEN, que ya no están para poner dicho límite. Así planteada se viene una nueva transversalidad pero de derecha.